PASAR LOS ALTOS DE AYLLÓN
Aquel hombre temeroso que pensaba en cierta noche, cuando el coche silencioso decidió ponerse broche. En la noche silenciosa del caluroso verano, a las dos de la mañana cualquier camino es profano, Pasar los Altos de Ayllón con un corazón humano, es tentar a la razón de cualquier camino vano. Misterios guarda la noche, misterios que se han borrado, donde el miedo da reproche a sentirte desmarcado. No se precisa de brujas, no existe coto cerrado, entre palabras esdrújulas pudieras verte evocado. La noche marca caminos sobre los grises poblados, Los Altos tienen destinos de otros tiempo añorados. Pisar pensando con prisas pudieras salir volando, donde los sueños se eclipsan al ver que fueron volando. La memoria no se esconde si tienes sueños cerrados, no vale contarle al conde esos caminos truncados. Entre fuerzas superiores en los tiempos estrellados, nos sentimos destructores de algunos sueños borrados. Pasar deprisa con miedo es contemplar un calvario, que puede tener su credo sin ser mundo solidario. Cuando los motores rugen si es que el viento se ha callado, hasta las noches relucen dejando el tiempo amarrado. Pasar con la Luna llena queriendo ver un milagro, con mucha conciencia plena no sirve beber un trago. Hay noches que van volando muchos coches por Los Altos, cuando revives pensando te llenas de sobresaltos. La carreteras es peligro, incluso si vas volando, pudieras pegar un giro que te deje claudicando. Cuando siente ese miedo de conocer el pasado, no quieres sentir el credo de vivir siempre evocando. Volar contiene su ritmo y nadie de el se ha curado, Los Altos son cataclismo de un cerebro atormentado. Cuando respiras historia de noches de cielos raros, se te viene a la memoria ver tus pasos poco claros. G X Cantalapiedra.
Aquel hombre temeroso que pensaba en cierta noche, cuando el coche silencioso decidió ponerse broche. En la noche silenciosa del caluroso verano, a las dos de la mañana cualquier camino es profano, Pasar los Altos de Ayllón con un corazón humano, es tentar a la razón de cualquier camino vano. Misterios guarda la noche, misterios que se han borrado, donde el miedo da reproche a sentirte desmarcado. No se precisa de brujas, no existe coto cerrado, entre palabras esdrújulas pudieras verte evocado. La noche marca caminos sobre los grises poblados, Los Altos tienen destinos de otros tiempo añorados. Pisar pensando con prisas pudieras salir volando, donde los sueños se eclipsan al ver que fueron volando. La memoria no se esconde si tienes sueños cerrados, no vale contarle al conde esos caminos truncados. Entre fuerzas superiores en los tiempos estrellados, nos sentimos destructores de algunos sueños borrados. Pasar deprisa con miedo es contemplar un calvario, que puede tener su credo sin ser mundo solidario. Cuando los motores rugen si es que el viento se ha callado, hasta las noches relucen dejando el tiempo amarrado. Pasar con la Luna llena queriendo ver un milagro, con mucha conciencia plena no sirve beber un trago. Hay noches que van volando muchos coches por Los Altos, cuando revives pensando te llenas de sobresaltos. La carreteras es peligro, incluso si vas volando, pudieras pegar un giro que te deje claudicando. Cuando siente ese miedo de conocer el pasado, no quieres sentir el credo de vivir siempre evocando. Volar contiene su ritmo y nadie de el se ha curado, Los Altos son cataclismo de un cerebro atormentado. Cuando respiras historia de noches de cielos raros, se te viene a la memoria ver tus pasos poco claros. G X Cantalapiedra.