Os felicito damas porque distéis con el SESO sin quemaros. Pero a mi, no me las dais con queso. A otro mozo con ese hueso. Precisamente por eso medito, pienso, mido y peso vuestro hallazgo. Tuvo que venir la Primavera a hacer que floreciera en el caído tronco del deceso la primera violeta. Hubo que arrimar el puchero para hirviera el condumio. ¡ Y era, por otro lado, tan clara la insinuación en efluvios sexo! ¿Quién quería que con la luz se alzara también vuestra idea, vuestro seso, pleno de inquietud, ... (ver texto completo)