Recordando al lazarillo de Tormes.
Como sabéis, es la historia de un personaje muy popular de la novelística española del siglo Dieciséis, su autor es anónimo, también se dice que pudo ser el protagonista de la historia. En las orillas del Tormes por tierras de Salamanca vivió una humilde familia muy pobre y desamparada, el puente era su techo la hierba era su cama, Vivían de la caridad de la gente a. uno de los hijos llamado Gaspar, con ocho añas de edad, se lo dieron a un ciego para que lo mantuviera. El ciego, avaricioso y cruel maltrataba al rapazuelo haciéndolo padecer, pero el chico era muy listo y a la primera ocasión se vengaba del abuelo pegándole un coscorrón.
Guardó el pan en un baúl bajo llave y con candado para que no lo comiera al pillarle descuidado, más…. Cuando fue ha abrir el arca, vacía se la encontró, el pan ya no estaba allí la culebra lo comió; por un agujero grande que hizo con un punzón; os podéis imaginar la paliza que le dio, ¡pero la sufrió con gusto, ¡con el estomago lleno se soportan los disgustos.
Cuando saltaban un charco el ciego se fiaba de el “salta ahora”le decía, y lo estrelló con la pared, así un día y otro día, siempre con el hambre a cuestas, por castilla por la mancha, los caminos y las mestas.
Cuenta la historia que tuvo varios amos, un hidalgo muy pobre, un fraile, alguacil, Bulero (timador) pintor de panderos y alguno mas, al final se casó, vivió feliz pasando por alto alguna cosilla de cuernos.
Como sabéis, es la historia de un personaje muy popular de la novelística española del siglo Dieciséis, su autor es anónimo, también se dice que pudo ser el protagonista de la historia. En las orillas del Tormes por tierras de Salamanca vivió una humilde familia muy pobre y desamparada, el puente era su techo la hierba era su cama, Vivían de la caridad de la gente a. uno de los hijos llamado Gaspar, con ocho añas de edad, se lo dieron a un ciego para que lo mantuviera. El ciego, avaricioso y cruel maltrataba al rapazuelo haciéndolo padecer, pero el chico era muy listo y a la primera ocasión se vengaba del abuelo pegándole un coscorrón.
Guardó el pan en un baúl bajo llave y con candado para que no lo comiera al pillarle descuidado, más…. Cuando fue ha abrir el arca, vacía se la encontró, el pan ya no estaba allí la culebra lo comió; por un agujero grande que hizo con un punzón; os podéis imaginar la paliza que le dio, ¡pero la sufrió con gusto, ¡con el estomago lleno se soportan los disgustos.
Cuando saltaban un charco el ciego se fiaba de el “salta ahora”le decía, y lo estrelló con la pared, así un día y otro día, siempre con el hambre a cuestas, por castilla por la mancha, los caminos y las mestas.
Cuenta la historia que tuvo varios amos, un hidalgo muy pobre, un fraile, alguacil, Bulero (timador) pintor de panderos y alguno mas, al final se casó, vivió feliz pasando por alto alguna cosilla de cuernos.
