La
iglesia vieja era mucho mas bonita que la de ahora y el pilar que habia en la
plaza le daba un caracter mas de
pueblo lo mismo que el alamo que habia donde nos sentabamos a la
sombra en el
verano y estaba hueco y nos metiamos por arriba y saliamos por abajo (esto pasaba hace mucho tiempo) ahora ni hay alamo ni podiamos meternos por el hueco porque estamos mas gordos y mas torpes. Vivan los quintos del 67, fuimos los mejores, por desgracia ya nos falta uno. Un recuerdo especial para este quinto
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