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ROBLIZA DE COJOS: LÁGRIMAS AGRADECIDAS POR LA IGLESIA DE MI PUEBLO ROBLIZA...

LÁGRIMAS AGRADECIDAS POR LA IGLESIA DE MI PUEBLO ROBLIZA

Agradecido por el fin y el final, asisto compungido a la última sin razón en la restauración de la iglesia que me celebró nacer y me llevará al final. Celebré el inicio de las obras que taparían las llagas de la piedra, colocarían el tejado y quitarían pegotes de cemento de otras épocas que yo creí mas bárbaras, pero no... Cada vez que veía avanzar no daba crédito a los atropellos que por el bien del “fin”, incluso los “entendidos” aplaudían y las autoridades eclesiásticas y municipales callaban. Vi como la esbeltez del tejado con tres alturas se convertía en una pagoda china achaparrando su belleza, quitaban un machón de piedra al lado de la entrada por ser un adorno, añadían piedras a derecha e izquierda para igualar alturas, por adorno; ponían una acera desproporcionada alrededor para ver quien se cae primero de los niños que, como antes, siguen dando vueltas alrededor, dejábamos el “bolo” que remataba la piedra de un lado de la espadaña encima de un pegote de cemento, sin su cuello de piedra, como su gemelo de al lado, tapamos de chapa el granito del techo de mis campanas y el posadero de las cigüeñas... Pero eso no es nada al lado de lo que hoy me hace gritar… No quitamos el nido de donde debería estar la piedra que “nuestro cura” puso en el campanario, con su cruz seguramente dominica que la misma piedra señala por su agujero en el centro…No solo eso... Si no que hemos puesto un pararrayos tan grande como la espadaña...
Señor arquitecto, director de obra… Dígame de quién es la idea… Usted seguro que es una persona con sensibilidad por su oficio….
Terminaré sin hablar del interior que no he visto, que guarda joyas del principio y de la plenitud de un gran escultor, y el sudor de mi abuelo trabajando en el suelo que han restaurado… No quiero entrar... Porque, aunque sea broma lo que oigo…por lo visto, hemos hecho un carril bici y a nuestro cristo crucificado, le han puesto dos pistolas…
¡Líbrenos santo domingo!