No soy espinense, pero mitad de mi
familia si lo es y mis raíces están allí, en el
frontón donde nos juntamos a pasar las
noches de
verano,
las eras, el
barrio... Cada
rincón del
pueblo guarda miles de recuerdos y nos vio crecer. Creo que ir alli es más que ejercer turismo, es aprender a disfrutar y a ver de la nada un todo.