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VILLACIDALER: LA VILLA ROMANA Tras la conquista romana, se impone...

LA VILLA ROMANA
Tras la conquista romana, se impone un sistema económico y social que facilitara la romanización y explotación de recursos de la península. En época altoimperial se asiste a un engrandecimiento de ciudades, en el curso de una política que tiene como objetivo revalorizar, engrandecer los núcleos urbanos preexistentes mas que crear otros asientos de nueva planta. En el campo será la difusión y profusión de villas el modo fundamental de explotación agraria y, de vehículo de romanización.
La villa es sobre todo una explotación agrícola, detectada a grandes rasgos por medianos y grandes propietarios, lo que conlleva que estas se constituyan en un conjunto mayor o menor de edificaciones, de las que podemos distinguir tres subdivisiones: una que podemos denominar área noble, destinada a residencia temporal o fija de los propietarios y allegados, y en donde destacara siempre cierto lujo y riqueza ornamental, que variara según épocas y capacidad económica del propietario. De modo parecido a la edilicia de las ciudades, este área se construirá con unos cánones, simbología y estancias comunes, y así en gran número la edificación mediterránea se articula en torno a un patio o mas, de tipo peristilo; no faltaran tampoco las termas, y las estancias de aparato, símbolo de la preeminencia del propietario. Será este área el que nos resulta mejor conocido, por ser el que generalmente se pone al descubierto en las excavaciones, gracias a que es el lugar donde prioritariamente se ubican los ricos suelos teselados.
Otras construcciones serán las que se denominan como rústicas, en las que se alojan los trabajadores, libres o esclavos, además de instalaciones para acoger las distintas clases de animales. Por ultimo otro área de la villa será la fructuaria, destinada a almacenes, lagares, etc.. En conjunto según los datos conocidos una villa puede ocupar desde aproximadamente una hectárea, hasta unas diez o doce hectáreas. Estas instalaciones se encuadran dentro de un fundus, que es el terreno de campos de cultivo, bosques etc., del que se es propietario. Estos campos dedicados a explotaciones agrícolas, tendrán como destino los núcleos urbanos próximos, al menos hasta la crisis del siglo III, por lo que estas villas se asentaran cerca de ciudades o en las proximidades de vías de comunicación, bien calzadas o vías fluviales. En la Bética en periodo altoimperial, muchas de estas villas dedicaran sus producciones de aceite, vino etc., a la exportación hacia la metrópolis. También parece que en las villas de mayor tamaño, hay una cierta diversidad de producciones agrícolas, ganaderas y artesanales, con un marcado carácter de autosuficiencia, algo que se acentuara tras la crisis del siglo III.
Las villas romanas aparecen con la llegada de los romanos en el S. III a.c. Y mueren en el S. V - VI con el dominio Visigodo. En estos siglos aunque su significado básico de explotación agraria se mantiene, se producirán zonal y temporalmente procesos con características claramente diferenciadoras, que han sido estudiados en trabajos ya clásicos como el de Gorges.
Nos interesa mencionar que en la segunda mitad del S. III, se desencadena una crisis de poder en el imperio, acompañada incluso de invasiones germánicas, y revueltas internas, que supondrán la destrucción o decaimiento de numerosas villas; pero que con la estabilización política y la recuperación económica que se produce a partir de Diocleciano (285 - 305), se asiste a unos cambios significativos de organización social y económica, que entre otras consecuencias conllevara el decaimiento parcial de la actividad urbana, tras el apogeo y afianzamiento que habían tenido estas entre los siglos y y III de. C.. Se acentuara a partir de Diocleciano un proceso de ruralización que cobrara singular significado en nuestro territorio de trabajo, Comunidad Castellano Leonesa, mas en concreto, en torno a la cuenca del Duero y sus afluentes, donde este proceso de ruralización conlleva la aparición de grandes propietarios, auténticos señores, que podemos considerar prefeudales, quiénes asentados muchas veces sobre villas preexistentes, dominaran importantes territorios, y construirán autenticas mansiones palaciegas de singular lujo y opulencia. Prueba de este poder y riqueza, es no solo el amplio repertorio de grandes villas conocidas en la bibliografía, y excavadas al menos parcialmente, como Cuevas de Soria, Almenara de Adaja, o la Olmeda, (puesta en valor gracias al entusiasmo de Javier Cortes, y al acertado mecenazgo de los últimos años de la Diputación de Palencia), etc., a las que hay que añadir las halladas con nuestro trabajo de arqueología aérea; sino también el significativo testimonio de la llegada al poder imperial de Teodosio, quien nació en Cauca (Coca, Segovia), en el ultimo cuarto del S. IV.