Con frecuencia visito esta página en la que sin duda encuentro parte de la historia de nuestro pueblo, reflejada fielmente en las numerosas fotografías insertadas en ella, todas son auténticas reliquias, que traen a mi mente vivencias inolvidables que me resulta muy agradable recordar; para mí, todas tienen un valor especial, por ello doy las gracias a todos los partícipes de este foro, de manera especial a Salomé por ser la pionera en aportaciones colaborando de modo brillante y eficaz en mantener viva y pujante nuestra página.
Quiero también manifestar mi agradecimiento a mi estimado amigo Barrio, creo que somos afortunados de tenerle integrado en el foro, porque sin duda le da a éste una relevancia especial con sus magistrales comentarios de los que nos beneficiamos todos.
(Un abrazo amigo)
Permisivamente he elegido esta fotografía de la “IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL”: al contemplarte solitaria y saber que tus puertas están la mayor parte del año cerradas, siento muy confusa mi alegría y muy clara mi pena; quiero expresarte mis sentimientos y serte agradecido, en tu pila bautismal me bautizaron, en tu recinto me acogiste benignamente cuando hice la primera comunión cumpliéndose así la primera ilusión de mi niñez y, durante más de cinco años fui monaguillo ayudando a D. Adolfo en la celebración de la santa misa prácticamente durante todos los días del año; también recuerdo el sonido inconfundible de tus campanas cuando los mozos las volteaban durante las procesiones que se celebraban los días de fiesta más señalados; y cómo no, aquella asistencia a las doctrinas a las que acudíamos niñas y niños después de salir de la escuela.
Una anécdota más que sin duda sirve de referencia, la víspera del Domingo de Ramos, los monaguillos nos encargábamos de preparar éstos, unas veces de pino que traíamos del pinar de Sotovellanos y otras de enebro que lo encontrábamos en conejera, corrían entonces los últimos años de la década de los 40 y primeros de los 50 y, recuerdo que preparábamos 250 ramos, lo que supone que aproximadamente ese número de personas asistían a oír misa.
Muchas más anécdotas afluyen a mi mente, pero no puedo explayarme más, en fin….”cuánta nostalgia en el recuerdo de aquellos años perdidos en la lejanía del tiempo”.
Sólo me resta recordar a los que compartieron conmigo la función de monaguillos, Marcelino el de la tercera esclusa, Sixto, más tarde Luisito y mi primo Domi, a los que mando un afectuoso saludo y un recuerdo especial para D. Adolfo.
Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel de San Quirce, te recordaré hasta el último día de mi vida.
Quiero también manifestar mi agradecimiento a mi estimado amigo Barrio, creo que somos afortunados de tenerle integrado en el foro, porque sin duda le da a éste una relevancia especial con sus magistrales comentarios de los que nos beneficiamos todos.
(Un abrazo amigo)
Permisivamente he elegido esta fotografía de la “IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL”: al contemplarte solitaria y saber que tus puertas están la mayor parte del año cerradas, siento muy confusa mi alegría y muy clara mi pena; quiero expresarte mis sentimientos y serte agradecido, en tu pila bautismal me bautizaron, en tu recinto me acogiste benignamente cuando hice la primera comunión cumpliéndose así la primera ilusión de mi niñez y, durante más de cinco años fui monaguillo ayudando a D. Adolfo en la celebración de la santa misa prácticamente durante todos los días del año; también recuerdo el sonido inconfundible de tus campanas cuando los mozos las volteaban durante las procesiones que se celebraban los días de fiesta más señalados; y cómo no, aquella asistencia a las doctrinas a las que acudíamos niñas y niños después de salir de la escuela.
Una anécdota más que sin duda sirve de referencia, la víspera del Domingo de Ramos, los monaguillos nos encargábamos de preparar éstos, unas veces de pino que traíamos del pinar de Sotovellanos y otras de enebro que lo encontrábamos en conejera, corrían entonces los últimos años de la década de los 40 y primeros de los 50 y, recuerdo que preparábamos 250 ramos, lo que supone que aproximadamente ese número de personas asistían a oír misa.
Muchas más anécdotas afluyen a mi mente, pero no puedo explayarme más, en fin….”cuánta nostalgia en el recuerdo de aquellos años perdidos en la lejanía del tiempo”.
Sólo me resta recordar a los que compartieron conmigo la función de monaguillos, Marcelino el de la tercera esclusa, Sixto, más tarde Luisito y mi primo Domi, a los que mando un afectuoso saludo y un recuerdo especial para D. Adolfo.
Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel de San Quirce, te recordaré hasta el último día de mi vida.
