Duele ver cómo han ido desapareciendo las piedras y a pesar de todo, la pared sigue firma. Se ha respetado el firme contrafuerte que sostiene la españada. Menos mal.
La verdad es la espadaña es hermosa. Todas sus piedras recuerdan que los años no han pasado sobre ella. Y ahí está, firme, en el valle de La Ojeda.
La verdad es la espadaña es hermosa. Todas sus piedras recuerdan que los años no han pasado sobre ella. Y ahí está, firme, en el valle de La Ojeda.