Pequeños o grandes, todos son importantes por su historia y, sobre todo, por su gente, que les mantiene y les da vida.
Las viejas puertas a veces se mantienen sanas porque una mano amiga las restaura y las cuida. Y, entonces, siguen siendo útiles y... Bellas.
¿Cuántos años tendrá esta foto? ¿Veinte, veinticinco, más?. De todas, ahí queda el recuerdo de una mañana nevada al calor del sol del invierno.
Siempre alegra que te reciban unas flores cuando entras en una casa. Son las flores de los jardines interiores, cuidados con mimo, para alegrar la vista de todos. Y, en ocasiones, cunado los portones están abiertos, para disfrute del caminante que por allí pasa.
Las tapias de adobe, con su sencilla belleza, pronto pasarán a la historía. Pero alguna sigue en pie, protegiendo el patio interior de la vivienda, como la que aquí aparece.
Dentro de los huertos caseros, no faltan esbeltos árboles frutales, cargados de fruta. Gracias por abrir las puertas, dejar sacar la foto y además permitir que salgha aquí en la web para disfrute de todos.