Una casa habitada, CUILLAS DEL VALLE

De ella salió un hombre muy amable con el que trabé una larga conversación. Solo quedaban dos vecinos permanentemente. Casualidad que yo conocía a una niña de este pueblo, hace la friolera de unos treinta años, así que todo fue muy bonito, e incluso apareció el otro vecino, su padre. Uno de esos momentos agradables que hay en la vida...
(8 de Septiembre de 2015)