COLMENARES

Habitantes: 33  Altitud: 1.030 m.  Gentilicio: Colmenarenses, Patateros, Matarrayos 
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Situación:

A 9 km. de la localidad de Cervera de Pisuerga y a 100 km. de la ciudad de Palencia.

Se encuentra enclavado entre dos comarcas tradicionales, La Ojeda y la Montaña palentina, al pie de las primeras montañas de la cordillera Cantábrica y en situación equidistante con las provincias de Burgos y León. La comunidad de Cantabria se encuentra a unos 60 km., y su capital Santander a una hora y media en automóvil, aproximadamente.

Ayuntamiento:

Dehesa de Montejo (a 4 km. de distancia)

Monumentos:

- Iglesia de San Fructuoso (siglos XV-XVI). Bello edificio de estilo Gótico en piedra. Conserva una valiosa pila bautismal del siglo XII, románica, así como dos capiteles del mismo estilo. Un retablo barroco y una serie de imágenes de los siglos XVI, XVII y XVIII así como el antepecho calado del coro y un sepulcro medieval completan el interés del templo.

- Ruinas del castillo (siglos XIII-XIV?) Construido en sillarejo, se trataba de una imponente torre defensiva de más de 20 metros de altura. Hoy se ve el arranque de la misma y un muro defensivo.

- Casa del concejo. Construcción con fachada de sillería con arco de entrada. A su lado, una casa particular también con arco y escudo de piedra; todo ello del siglo XVIII.

- Casa de los Leones. Bello ejemplar de casona hidalga montañesa, del siglo XVII.

- Casa del beneficiado Pedro Quintana. Hermosa edificación con entrada en arco, escudo eclesiástico y patio, fechada en el año 1660. Hoy abandonada y en peligro de ruina.

- Existen otras casas rústicas de estilo montañés de valor etnográfico por todo el pueblo.

Fiestas:

-San Fructuoso mártir, patrón del pueblo, 21 de enero (misa y comida comunal)
-San Isidro, 15 de mayo, patrón de los labradores (misa y procesión del santo)
-Ntra. Sra. del Rosario, patrona del pueblo, primer domingo de octubre (baile, comida comunal, misa y procesión de la Virgen)

San Fructuoso, nacido en Tarragona hacia el año 210. Educado en la fe por su madre, fue ordenado sacerdote y llegó a obispo de la antigua "Tarraco" romana.
Durante las persecuciones decretadas por los emperadores Valerio y Galieno, Fructuoso y sus dos diáconos Eulogio y Augurio fueron acusados de no dar culto
a los dioses paganos ni al emperador.
Fueron detenidos, juzgados, sometidos a tormentos y quemados vivos en el anfiteatro de Tarraco en el 259 despues de Cristo.
Estos fueron posiblemente los primeros mártires de los que se tiene constancia en la historia del cristianismo en España. A través de un testimonio escrito por
un testigo presencial, sabemos cómo estaba organizada administrativamente y eclesiásticamente España en época y tenemos noticias del primitivo cristianismo
español.
El culto a este santo obispo y mártir español y sus diáconos se difundió por toda la cuenca mediterránea, especialmente la costa española, francesa, italiana, y el
norte de África.
San Agustín, obispo de Hipona, sentía gran admiración por estos tres santos mártires españoles y escribió un sermón para el día de sus fiesta.
El poeta español Prudencio les dedicó unos preciosos poemas para poner de manifiesto la fe y valentía con la que aguantaron los tormentos.
El arte le representa vestido de obispo, con mitra y báculo, acompañado de sus diáconos, y otras veces con una hoguera símbolo de su martirio. Las representaciones
mejores que conserva la diócesis de Palencia son la del retablo mayor de la iglesia parroquial de Colmenares.
Al mártir san Fructuoso, popularmente conocido como "de Tarragona" le está dedicada la parroquia de Colmenares de Ojeda.

Costumbres:

Antiguamente se celebraban el "antroído" (Carnaval), la Epifanía (6 de enero, donde se cantaban los "Reyes", canción popular que aún se recuerda), y la procesión del "Encuentro" el día de Pascua. Todas estas costumbres se han ido perdiendo con el tiempo.

Todavía se mantienen las procesiones de san Isidro y Ntra. Sra. del Rosario, el traslado al monumento el Jueves Santo (donde se encienden velas que alejan las tormentas) y la degustación de algunos platos típicos como loa caracoles con chorizo, los cangrejos de río, el revuelto de setas o las tradicionales orejuelas y rosquitos. La matanza del cerdo era otra de las tradiciones que ha ido decreciendo con el tiempo.

Historia:

En la Antigüedad, las tierras altas de la actual comarca de la Ojeda estuvieron pobladas por las gentes cántabras, tribu prerromana que se extendía desde la costa atlántica hasta el sur de la actual Palencia. Una de sus capitales o núcleos principales fue Camárica, según menciona Ptolomeo en su "Geografía". Hay indicios de que esta ciudad se encontraba en las proximidades de Colmenares, en un pago conocido como "El Otero", yacimiento arqueológico que desde hace tiempo espera ser excavado e investigado. La ciudad debió ser conquistada y tomada como punto estratágico esencial en las Guerras Cántabras (s. I), con las que los romanos se hicieron con el control de la práctica totalidad del norte peninsular.

Durante la Edad Media (ss. V-XV), el antiguo núcleo de Camárica debió ser abandonado con la caída y descomposición del Imperio y la aparición de los sistemas feudales. Durante la Reconquista la zona norte de la provincia de Palencia tomó gran importancia; el posterior florecimento del monacato y el arte románico en la zona muestran el esplendor que se alcanzó en los ss. XI-XII. Es en esa época cuando surge la figura de Rodrigo Gustios, importante y legendario personaje mencionado en numerosas crónicas, restaurador de la Abadía de Lebanza (s. XII), y que nació y murió en Colmenares según la epigrafía de su sepulcro en la citada abadía. De esta época y relacionado con dicho prohombre ("vir valde bonus" se le llama en algún lugar) data la pila bautismal románica conservada en la iglesia de San Fructuoso, una de las cimas del arte palentino medieval. Relacionado con la estirpe de este noble debió estar el Castillo (s. XIV?), una torre fuerte de gran altura contruida en sillarejo cuyos escasos y maltratados restos sobreviven a duras penas al lado del río Burejo. De ese esplendor hablaba también la antigua iglesia románica, algunos de cuyos restos se conservaron en la reconstrucción del edificio que se debió iniciar a fines del s. XV, dando como resultado una de las iglesias góticas más bellas del norte palentino, con algunas singularidades notables como su doble nave, el coro pétreo o el pórtico de la entrada.

El fin de la época medieval trajo consigo la decadencia de Colmenares y de los núcleos rurales en general, quedando éstos en manos de la nobleza. Es entonces cuando surge la figura del "hidalgo" que tanto significó en el panorama español de la Edad Moderna, como paradigma de inmovilismo social, económico y vital. En las zonas de montaña como Colmenares, y más aún en la vertiente cántabra de la cordillera, estos segundones de la nobleza fueron determinantes en la vida de los pequeños núcleos, promocionando la construcción de mansiones o casonas señoriales, o patrocinando obras en iglesias. En la iglesia de Colmenares se observan los escudos de la familia epónima en muchas de las claves de las bóvedas, así como en la capilla mayor. El pueblo tuvo un rico patrimonio de casonas tradicionales hidalgas que se fueron perdiendo por el paso del tiempo y la incuria, aunque aún quedan algunos ejemplares, como la bellísima "Casa de los Leones", restaurada por su actual propietario.

La vida de los pueblos se mantuvo casi sin variciones hasta la época contemporánea, cuando una fortísima emigración del campo a la ciudad trajo la ruina y la despobación a los pueblos. Sin embargo, los siglos XX y XXI trajeron notables mejoras a la vida cotidiana: agua corriente (y gratuita en el caso de Colmenares), red eléctrica, teléfono, televisión, asfaltado de calles, y finalmente el cuidado y arreglo del patrimonio del pueblo, como la iglesia parroquial, que fue completamente restaurada en la década de 1990.

Turismo:

Situado en el centro de la comarca más rica en arte Románico de Europa, dos son los principales atractivos de la zona: las iglesias románicas y la naturaleza.

Por razones de cercanía, se puede trazar una ruta desde el mismo Colmenares con su pila bautismal románica (la mejor de la provincia en ese estilo, siglo XII), hasta los monasterios de S. Andrés de Arroyo y Santa Eufemia de Cozuelos (ss. XII-XIII), y las iglesias de Perazancas (ss. XI-XII) y Moarves de Ojeda (s. XII).

Cerca también del pueblos se sitúa una ruta que conduce al espectacular paraje natural de "La tejeda de Tosande", con uno de los más antiguos y extensos bosques de tejos de Europa.