Una amplia delegación palentina, encabezada por Buenavista de Valdavia, se trasladó a Roma para asistir a la beatificación del Padre Anselmo Polanco.
Pues sí. Loa palentinos lograron, por fin, lo que desde hace medio siglo venían intentando: elevar a los altares al agustino valdavíes Padre Anselmo Polanco, obispo de Teruel y mártir de la fé católica (7 de Febrero de 1939 durante la última guerra civil española.
Celebrar una beatificación en la Basilica de San Pedro es algo dificil de explicar y más difícil aún de olvidar. Uno habia sido testigo innumerables veces de eventos sociales de alto contenido emocional, pero ninguni le llego tan adentro como el vivido el día 1 de octubbre de 1995.
Las vivencias espirituales cuanto más profundas, tanta más dificultad encuentra el hombre en expresarlas. De ahí que los misticos como San Juan de la Cruz o Santa Teresa acudieran a simbolos y alegorías, tales como el ave, el pastorcillo, la mariposa... para reflejar el estado inefable que les consumía.
Para los católicos todos los caminos van a Roma. La ciudad eterna sigue siendo el centro de la cristiandad. Allí en San Pedro, todo invita a la religiosidad: la presencia del Santo Padre, el rezo y cantos comunitarios, el abundante colorido de razas y vestimentas (asistieron unos 100.000 peregrinos), la piedra hecha arte y espíritu...
En un escenario así la palabra del Papa suena a salmodia de ángeles:"Auctoritate Nostra Apostólica facultatem fácimus ut venerabiles servi Dei Anselmus Polanco et Philipus Ripoll beatorum nómine y pósterum apellentur, eorum que festum die séptima februari celebretur..."
Los aplausos, fruto de la emoción incontenida, rompieron el silencio de la ceremonía varias veces. El nombre de Palencia y los palentinos resonó fuerte en la columnata de Berniní. Hasta se oyó la exclamación "torero, torero", referido al Santo Padre, en la audiencia del día siguiente.
En fin, que a la lengua española se le hizo un sitio de privilegio durante el fin de semana. De to ello dejaron constancia las máquinas fotográficas. Había que plasmar unos hechos que, presumiblemente, no volveríamos a vivir.
El grupo palentino de Buenavista de Valdavía se hizo notar en Roma con dos hermosas pancartas en las que, junto con el espñolismo de los colores, pedía a su nuevo beato la ayuda del cielo y de la tierra.
Y para que nadie se olvidara de que era el obispo de Teruel quien movia los hilos de la celebración festiva, los hombros, solapas y cintura de los romeros iban ataviados con pañuelos, pins, medallones, llaveros e incluso peinetas, en los que lucía un corazón y una palmera, (símbolos del martírio), y se leía la fgrase "DAR LA VIDA POR AMOR".
Así las cosas, no habrá quedado un solo romano sin enterarse de la presencia española en la ciudad de los césares.
La estancia palentina en Roma adquirió, si cabe, más relieve, al verse acompañada por sus autoridades civiles y religiosas, los alcaldes de Palencia y Buenavista, el presidente de la Diputación, el obispo de la Diócesis, los sacerdotes de la Valdavia...
Digamos, como anecdota curiosda, que la presencia de nuestro prelado, en la presentacón de los peregrinos-hecho que tuvo lugar en el Colegio Agustiniano de Santa Mónica la vispera de la beatificación fue rubricada con un fuerte y larguísimo aplauso, como desagravio a la desafortunada actitud del politico vasco sr Arzallus, respecto de nuestro querido obispo.
No es fácil"hacerse con un santo todos los días". Nuestro beato ha tardado 56 años en ocupar un puesto en los altares. Pero lo ha hecho " con todas las de la ley". Lo ha logrado "entregando la vida por amor".
Toda Palencia y sobre todo Valdavia, con Buenavista a la cabeza, dan gracias a Dios por este logro, que esperamos no sea el último, ya quew los palentinos, en boca de Santa Teresa,"estamos hechos de buena pasta.
Este es un articulo recogido en el Diario Palentino y escrito por,
JOSÉ Villegas Delgado. Agustino.
Pues sí. Loa palentinos lograron, por fin, lo que desde hace medio siglo venían intentando: elevar a los altares al agustino valdavíes Padre Anselmo Polanco, obispo de Teruel y mártir de la fé católica (7 de Febrero de 1939 durante la última guerra civil española.
Celebrar una beatificación en la Basilica de San Pedro es algo dificil de explicar y más difícil aún de olvidar. Uno habia sido testigo innumerables veces de eventos sociales de alto contenido emocional, pero ninguni le llego tan adentro como el vivido el día 1 de octubbre de 1995.
Las vivencias espirituales cuanto más profundas, tanta más dificultad encuentra el hombre en expresarlas. De ahí que los misticos como San Juan de la Cruz o Santa Teresa acudieran a simbolos y alegorías, tales como el ave, el pastorcillo, la mariposa... para reflejar el estado inefable que les consumía.
Para los católicos todos los caminos van a Roma. La ciudad eterna sigue siendo el centro de la cristiandad. Allí en San Pedro, todo invita a la religiosidad: la presencia del Santo Padre, el rezo y cantos comunitarios, el abundante colorido de razas y vestimentas (asistieron unos 100.000 peregrinos), la piedra hecha arte y espíritu...
En un escenario así la palabra del Papa suena a salmodia de ángeles:"Auctoritate Nostra Apostólica facultatem fácimus ut venerabiles servi Dei Anselmus Polanco et Philipus Ripoll beatorum nómine y pósterum apellentur, eorum que festum die séptima februari celebretur..."
Los aplausos, fruto de la emoción incontenida, rompieron el silencio de la ceremonía varias veces. El nombre de Palencia y los palentinos resonó fuerte en la columnata de Berniní. Hasta se oyó la exclamación "torero, torero", referido al Santo Padre, en la audiencia del día siguiente.
En fin, que a la lengua española se le hizo un sitio de privilegio durante el fin de semana. De to ello dejaron constancia las máquinas fotográficas. Había que plasmar unos hechos que, presumiblemente, no volveríamos a vivir.
El grupo palentino de Buenavista de Valdavía se hizo notar en Roma con dos hermosas pancartas en las que, junto con el espñolismo de los colores, pedía a su nuevo beato la ayuda del cielo y de la tierra.
Y para que nadie se olvidara de que era el obispo de Teruel quien movia los hilos de la celebración festiva, los hombros, solapas y cintura de los romeros iban ataviados con pañuelos, pins, medallones, llaveros e incluso peinetas, en los que lucía un corazón y una palmera, (símbolos del martírio), y se leía la fgrase "DAR LA VIDA POR AMOR".
Así las cosas, no habrá quedado un solo romano sin enterarse de la presencia española en la ciudad de los césares.
La estancia palentina en Roma adquirió, si cabe, más relieve, al verse acompañada por sus autoridades civiles y religiosas, los alcaldes de Palencia y Buenavista, el presidente de la Diputación, el obispo de la Diócesis, los sacerdotes de la Valdavia...
Digamos, como anecdota curiosda, que la presencia de nuestro prelado, en la presentacón de los peregrinos-hecho que tuvo lugar en el Colegio Agustiniano de Santa Mónica la vispera de la beatificación fue rubricada con un fuerte y larguísimo aplauso, como desagravio a la desafortunada actitud del politico vasco sr Arzallus, respecto de nuestro querido obispo.
No es fácil"hacerse con un santo todos los días". Nuestro beato ha tardado 56 años en ocupar un puesto en los altares. Pero lo ha hecho " con todas las de la ley". Lo ha logrado "entregando la vida por amor".
Toda Palencia y sobre todo Valdavia, con Buenavista a la cabeza, dan gracias a Dios por este logro, que esperamos no sea el último, ya quew los palentinos, en boca de Santa Teresa,"estamos hechos de buena pasta.
Este es un articulo recogido en el Diario Palentino y escrito por,
JOSÉ Villegas Delgado. Agustino.