El Juego de las Chapas
El Juego de las chapas se viene jugando habitualmente en los días de Semana Santa, sobre todo el Jueves y el Viernes Santo.
Los elementos del juego son dos monedas de cobre "de 10 céntimos" de la época de Alfonso XIII.
Una figura a destacar es el baratero, persona encargada de animar las apuestas, llevar el orden y pago de las mismas, recibiendo a cambio un porcentaje del dinero apostado.
Los apostantes se reúnen en círculo, estando el baratero en el centro. Las apuestas se hacen a caras o a lises.
Para saber quien inicia el juego, el baratero lanza las monedas al aire. Lo inician los apostantes cuyo resultado les sea favorable (cara o lis).
Las chapas se colocan lis con lis y se lanzan al aire las monedas, lo más vertical y horizontalmente posible. Si al caer al suelo, salen caras, ganan los que hayan apostado a caras, si salen lises, los que hayan apostado a lises. Si caen cara y lis, no gana nadie y se repite la jugada.
Puede ocurrir que, estando las monedas en el aire, algún apostante quiera anular la tirada, entonces dice barajo y el baratero anula la apuesta de este jugador.
El jugador que inicia la jugada, si acierta en su apuesta, sigue lanzando las chapas hasta que falle, pasando, entonces, el turno a otro apostante de signo distinto.
No hay límite de dinero ni de tiempo.
Hay que reseñar que las autoridades lo permiten y permitían incluso en el pasado régimen, pero sólo en los días antes señalados.
El Juego de las chapas se viene jugando habitualmente en los días de Semana Santa, sobre todo el Jueves y el Viernes Santo.
Los elementos del juego son dos monedas de cobre "de 10 céntimos" de la época de Alfonso XIII.
Una figura a destacar es el baratero, persona encargada de animar las apuestas, llevar el orden y pago de las mismas, recibiendo a cambio un porcentaje del dinero apostado.
Los apostantes se reúnen en círculo, estando el baratero en el centro. Las apuestas se hacen a caras o a lises.
Para saber quien inicia el juego, el baratero lanza las monedas al aire. Lo inician los apostantes cuyo resultado les sea favorable (cara o lis).
Las chapas se colocan lis con lis y se lanzan al aire las monedas, lo más vertical y horizontalmente posible. Si al caer al suelo, salen caras, ganan los que hayan apostado a caras, si salen lises, los que hayan apostado a lises. Si caen cara y lis, no gana nadie y se repite la jugada.
Puede ocurrir que, estando las monedas en el aire, algún apostante quiera anular la tirada, entonces dice barajo y el baratero anula la apuesta de este jugador.
El jugador que inicia la jugada, si acierta en su apuesta, sigue lanzando las chapas hasta que falle, pasando, entonces, el turno a otro apostante de signo distinto.
No hay límite de dinero ni de tiempo.
Hay que reseñar que las autoridades lo permiten y permitían incluso en el pasado régimen, pero sólo en los días antes señalados.