Porque en el mundo siguen existiendo lugares en
los que las condiciones de trabajo de las mujeres las convierten, sin necesidad de
más calificativos, en esclavas. Y en nuestro propio país, donde por fortuna hemos
avanzado inmensamente en los últimos lustros, aún estamos lejos de conseguir
una situación de plena equiparación entre las condiciones laborales o
profesionales del hombre y de la mujer. Según estudios recientes que se han
hecho públicos a través de los medios de comunicación, en igualdad de
condiciones profesionales, los salarios de las mujeres suelen ser casi un
veinticinco por ciento más bajos que los de los hombres, siendo, además, casi un
millón de mujeres las contratadas a tiempo parcial frente a poco más de
doscientos cincuenta mil hombres en esa situación, con la consiguiente desventaja..
los que las condiciones de trabajo de las mujeres las convierten, sin necesidad de
más calificativos, en esclavas. Y en nuestro propio país, donde por fortuna hemos
avanzado inmensamente en los últimos lustros, aún estamos lejos de conseguir
una situación de plena equiparación entre las condiciones laborales o
profesionales del hombre y de la mujer. Según estudios recientes que se han
hecho públicos a través de los medios de comunicación, en igualdad de
condiciones profesionales, los salarios de las mujeres suelen ser casi un
veinticinco por ciento más bajos que los de los hombres, siendo, además, casi un
millón de mujeres las contratadas a tiempo parcial frente a poco más de
doscientos cincuenta mil hombres en esa situación, con la consiguiente desventaja..