Durante muchos años, hasta que por motivos de estudio hube de dejar
León, contemplé la
catedral practicamente como se vé en su
fotografia, viéndola por encima de la
iglesia de
San Marcelo (viviamos en la
Casa Roldán). Mi admiración por la Pulchra Leonina se mantiene como entonces y me ha acompañado siempre. He podido compararla con otras de
España y Europa y sigue gustándome más que ninguna. Sus
vidrieras son una maravilla.
Contemplar su magnífica fotografia es todo un regalo para el espíritu y
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