Hola a todos.
Parece ser -como ese oculto-, que lo de las trastadas "ya non va". Supongo que, como el que nos va a desvelar lo ocurrido, debe estar de nuevo en la lejanía uruguaya, le pedimos que nos glose lo ocurrido esa noche del sábado al domigo. A ver, Rubén. Cuéntanos algo, aunque sea un pequeño cuento aderezado con deseos que no se realizaron. ¿Subisteis la rodaca a la torre de la Iglesia?.
Ahora debe resultar bastante fácil. ¿Sacasteis el carro del corral correspondiente y los subisteis al pico de la cuesta del Auteiro? ¿O fuisteis capaces de encontrar algún burro y subirlo a la Pista de Pepe?...
Cuéntame algo aunque no sea cierto. Puedo asegurarte que entre sueños, ese sábado, me llegaban repiques de campanas. Era una especie de "volandero" a lo Manolo el de Patrines, un "volandero" inacabable en el que también veía aplicarse a Sama, y que me permitía descubrir emociones arrinconadas en mis
recuerdos... ¡Cómo me gustaba levantarme el domingo -todavía era pequeño y no participaba de las trastadas-, y encontrarme un pequeño mundo al revés, todo un reflejo maravilloso del deseo que todos teníamos de cambiarlo todo...
¡Ay, ay! ¡Cómo ha pasado el tiempo!...
Parece ser -como ese oculto-, que lo de las trastadas "ya non va". Supongo que, como el que nos va a desvelar lo ocurrido, debe estar de nuevo en la lejanía uruguaya, le pedimos que nos glose lo ocurrido esa noche del sábado al domigo. A ver, Rubén. Cuéntanos algo, aunque sea un pequeño cuento aderezado con deseos que no se realizaron. ¿Subisteis la rodaca a la torre de la Iglesia?.
Ahora debe resultar bastante fácil. ¿Sacasteis el carro del corral correspondiente y los subisteis al pico de la cuesta del Auteiro? ¿O fuisteis capaces de encontrar algún burro y subirlo a la Pista de Pepe?...
Cuéntame algo aunque no sea cierto. Puedo asegurarte que entre sueños, ese sábado, me llegaban repiques de campanas. Era una especie de "volandero" a lo Manolo el de Patrines, un "volandero" inacabable en el que también veía aplicarse a Sama, y que me permitía descubrir emociones arrinconadas en mis
recuerdos... ¡Cómo me gustaba levantarme el domingo -todavía era pequeño y no participaba de las trastadas-, y encontrarme un pequeño mundo al revés, todo un reflejo maravilloso del deseo que todos teníamos de cambiarlo todo...
¡Ay, ay! ¡Cómo ha pasado el tiempo!...
