VILLABANDIN: Greta, me has dejado acongojado, no sabia yo esa faceta...

Sentada sobre una piedra del Cascariello, observa su pueblo invadido por la quietud y el silencio roto sólo por el rumor del río menguado y perezoso de final de verano. Las casas apiñadas se ven cerradas y silenciosas. Se fija con atención en la de M. que a ella de niña le parecía un palacio, tiene los postigos cerrados, las persianas bajadas y el jardín reseco. Y el silenci. El silencio invasor en lucha con los sonidos que ella guarda en su memoria y que tanto echa de menos. Echa de menos el sonido de las cencerras de las vacas melódico y acompasado mientras mueven las cabezas al pastar. O, el otro sonido más marcial mientras caminan impetuosas hacia la cuadra apremiadas por las ubres rebosantes y los mugidos anhelantes de los terneros que las requieren hambrientos. Echa de menos el sonido de los perros ladrando, mientras guarecen las susodichas vacas o, deambulan por los umbrales de las casas protegiendo su territorio. Echa de menos los sonidos del machado picando la leña, de la azada sallando la huerta, de la ordeñadora ordeñando en la cuadra...
Echa de menos el sonido del agua fluyendo por el caño de la fuente de la lechería en su constante manar líquido frescor. Pero, sobretodo echa de menos el sonido de las voces de las personas, en corrillos improvisados por la calle, en algún camino mientras se dirigen hacia alguna tarea común, compartiendo confidencias a través de las ventanas...
Siente un escalofrio producido no sólo por por la fresca brisa del otoño incipiente que se desliza por la guariza. Se ciñe la chaqueta y vuelve sobre sus pasos, cuando llega a casa la sensación de vacio y silencio la abruma más aún. Nadie la habita en esta época. Su marido que la acompaña en esta ocasión, se entretiene haciendo un solitario de naipes mientras ojea un partido de fútbol en la televisión. Ella se acomoda a su lado, coge el mando de la tele y sube el volumen. Él sorprendido le pregunta si no se oye bien, ella sólo le responde con una mueca indescifrable.

Greta, me has dejado acongojado, no sabia yo esa faceta tuya, debes de cultivarla pues lo haces muy bien, pero no dices nada de la siega del pan, de la hierba, de la hoja, y muchas mas cosas que se perdieron y gracias a Dios que así fue, que están bien en casa del demonio. Bueno y quiero decirle algo a Chanomariello, que cuando digas las coplas que las digas enteras pues nos dejas a medias, no se, pero me parece que andas un poco gacho Chanomariello, te noto algo distraido. Muchos saludos FOREROS.


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