En la decada de los cincuenta fui monaguillo, siendo parroco don bautista, conocia todos los rincones de la iglesia, andabamos por fuera de las bobedas desde donde mirabamos el interior del templo,recuerdo que cuando pasabamos el cepillo un ricachona echaba lo que fuera en el cepillo y en la mano nos daba un durito para los monaguillos. Amo a valderas.