Yo también echo mucho de menos los veranos en Valderas. Pena que nos vayamos haciendo mayores y las responsabilidades inherentes a ello nos impidan ir. Recuerdo mis veranos en Valderas como los más felices de mi vida; ir a la piscina, comer chucherías sentada en los soportales, ir a pedir la propina los domingos e incluso ir a misa con mis primos y amigos. Y eso por no mencionar cuando ya podía salir por las noches, e ir al ruedo, a la Long Play... Daría lo que fuera por volver a revivir esos días. Un saludo a todos los que aun podeis disfrutar de todo aquello, y otro para aquellos que lo vivieron y no lo olvidan, como yo.