El visitante en este
pueblo, que se olvide del tiempo. Sus
calles estrechas nos invitan a pasear sin prisa, admirando la mampostería de las construcciones que no han sido alteradas y darnos cuenta de que había verdaderos artesanos en la cantería. Que el visitante no se olvide la cámara fotográfica, podrá llevarse unos gratos recuerdos de los
arcos de
piedra que aún conservan algunos
edificios. Sus gentes, amables con el visitante, le explicarán vida y
costumbres de este lugar.