El atrio de la iglesia con la escalera de la torre y al fondo, escondida la puerta del cine club. Local lleno de recuerdos buenos y alguna despedida triste; tardes de invierno con película, en silencio, y si hablabas, castaña, pero antes perdiéndose en el tiempo LA ESCUELA, los llantos del primer día las primeras letras y uno de los recuerdos más gratos de siempre, cuando llegaba el día de lavar los bancos, se sacaban a la calle los bancos y las mesas se lavavan y se dejaba todo limpio y empezaban...
Más de uno seguro que va aquí a los portales a empujar riñones, porque se llenan rápido las eras.