Depues de un estresante año de trabajo, nada más lindo que descansar una semanita en
San Martin. Su buena gente, sus hermosos
paisajes, el cantar de sus
rios, el murmullo del viento en los chopos, el aroma de una espesa y rica vegetación , la quietud, la luz, la paz, el silencio, la deconexión de la prisa, del consumo, del tiempo.
SAN MARTIN ¡que
rincón tan bello lleno de recuerdos de infancia y que en la madurez sigue acogiendo, si es posible mejor a su gente!! Os animo paisanos, a escribir mucho
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