El otro día me contaron una de pastores. El caso es que todas las ovejas del pueblo iban en el mismo rebaño a pastar, pasaba el pastor por el pueblo y se iban añadiendo las ovejas de cada uno, pero lo mas curioso es que cuando acababa la jornada y volvía el pastor con el rebaño según iba pasando pòr el pueblo cada oveja se metía ella solita en su casa. De la época de la que estamos hablando el pastor se llamaba Isacio. Qué listos eran los jodidos animales, casi tanto como los de Bilbao. Javier, cuando ... (ver texto completo)