El viajero que se acerque hasta nosotros pasará unos días inolvidables y no se irá sin sentir un profundo amor a estas tierras en las que podrá contemplar el emplazamiento de poblados prerromanos, habitados antes de Cristo, las cicatrices del Imperio Romano en los castros de los altozanos y la importante red de ingeniería hidráulica de canales o conducciones que puede ser recorrida en varios tramos. No podrá dejar de admirar las más puras y bellas muestras del arte románico en las iglesias, los blasones de la más alta nobleza leonesa que se exhiben orgullosos en las fachadas de algunas casas, los torreones y restos de fortalezas medievales que rompen la altura de las centenarias viviendas, muestra de una arquitectura popular que sabiamente conjuga la piedra y la madera en distintos volúmenes, grandiosos en las casas arrieras y recoletos en las viviendas de labriegos, o excepcionales muestras de tallas, retablos y objetos sacros, ejemplo de la difusión de varios estilos artísticos desde el románico al gótico, barroco, renacentista, neoclásico por las pequeñas iglesias del territorio.