La construcción de ésta zona, de la Cabrera y de los Ancares se caracteriza por la colocación de lajas de piedra colocadas en forma horizontal y casi siempre sin argamasa, contrastando vivamente con las restauraciones actuales en las que tapan todas las juntas con cemento, dando a las fachadas un aspecto uniforme y compacto perdiendo su singularidad
(5 de Octubre de 1985)