Verónica Viñas león (Diario de León - Cultura 19/10/2008)
Las pinturas murales que originariamente decoraban el santuario de Nuestra Señora de Pandorado han permanecido ocultas durante siglos. Estaban escondidas tras el gran retablo barroco que ocupa toda la cabecera de la iglesia y que ha sido desmontado para su rehabilitación. Las pinturas del siglo XVII -época de construcción del santuario-, están relativamente bien conservadas en algunas zonas, donde se aprecia claramente a la Virgen, San José y el niño Jesús y la adoración de los pastores. También hay imágenes de santos y ángeles prácticamente irreconocibles debido a las «amputaciones» que han sufrido por el paso del tiempo. Humedades, desconchones y pérdida de pigmentos han borrado muchas estampas bíblicas.
Las pinturas murales que originariamente decoraban el santuario de Nuestra Señora de Pandorado han permanecido ocultas durante siglos. Estaban escondidas tras el gran retablo barroco que ocupa toda la cabecera de la iglesia y que ha sido desmontado para su rehabilitación. Las pinturas del siglo XVII -época de construcción del santuario-, están relativamente bien conservadas en algunas zonas, donde se aprecia claramente a la Virgen, San José y el niño Jesús y la adoración de los pastores. También hay imágenes de santos y ángeles prácticamente irreconocibles debido a las «amputaciones» que han sufrido por el paso del tiempo. Humedades, desconchones y pérdida de pigmentos han borrado muchas estampas bíblicas.