OTERICO: ánimo Adela, aunque sabemos que nunca podrás olvidar...

CARTA A MI HIJO.
Hola CHEMA, hoy hace 29 años que saliste de esta casa y nunca mas volviste a ella, fue un día, muy cruel muy triste hoy quiero escribirte, sacar mis sentimiento, y hoy muy duro y muy triste, quiero decirte si estuvieras, en alguna parte de la tierra, contarte lo que han sido estos años, pasados para los tuyos, pero no es posible. Tú estás ya al otro lado de esa barrera tan temida, inexplicable para todos los humanos.
Aunque ya lo sabes todo, voy a dirigirme a ti, hablarte aunque no lo consigo, vengo haciéndolo con frecuencia desde aquel día que te fuste.
Quiero dedicarte esta poesía, en tu recuerdo, también para tu hermana.
NOSTALGIA
Como agua que aprisiono entre mis manos
han pasado los días sin quererlo,
y unos se pierden y otros se me escapan,
y voy llenando su vació de recuerdos.
Y ya se quedan lejos los destellos
de aquella vitalidad de adolescente,
aquella joven entre tímida y valiente
que un día fue repleta de unos sueños.
Mas lo que yo añoro fuertemente,
es el que se hallan pasado tan deprisa
esos besos de angelitos tiernos, y hecho de
menos sus cariños, sus medias palabras y sus risas.
Yo que era madre recién estrenada,
y ellos con su estrenada vida,
y los cuatro con un abrazo unidos
respirábamos amor en cada esquina.
Y si yo hubiera sabido de aquella,
que como agua se evapora la vida,
todas prisas se hubieran calmado
dilatando esas horas benditas.
Tu ausencia fue penumbra y amargura
después poco a poco descubrieron
el imposible, nunca volverías.
En tantos años que para ti ya no existieron.
Hoy quiero decirte, donde brota
el verso y los te quiero.
En lo mas alto del cielo
allí tengo unas cuantas,
nubecillas blancas como placas
gravados y bordados con sus rostros,
unos pocos en oro y
alguno mas en plata.

También quiero que cada persona que lea esto le sirva,
para cuando, en la vida tengan cosas muy duras, que
piensen, que lo peor y antinatural es que una madre
entierre ha un HIJO. Adela Diez. 14 de octubre 2012

ánimo Adela, aunque sabemos que nunca podrás olvidar tan gran perdida.