Un año después el conjunto fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, y como
Monumento Natural en 2002. El trabajo de ingeniería realizado para la extracción del mineral utilizando el método de
ruina montium, supuso la alteración del medio ambiente pero dio como resultado un
paisaje de arenas rojizas, cubierto en la actualidad parcialmente de vegetación de
castaños y robles.