Ay Lario, Lario...
Que tus habitantes no sigan pecando al faltar a la palabra de Dios.
Y muy de mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
3
Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
4
Le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
5
Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
6
Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8
E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9
Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
10
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
TENED EN CUENTA LAS PALABRAS DEL SEñOR, VECINOS DE LARIO
NUNCA OLVIDAD QUE
Que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
¿PODEIS DORMIR EN PECADO, VECINOS DE LARIO?
Que tus habitantes no sigan pecando al faltar a la palabra de Dios.
Y muy de mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
3
Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
4
Le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
5
Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
6
Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8
E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9
Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
10
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
TENED EN CUENTA LAS PALABRAS DEL SEñOR, VECINOS DE LARIO
NUNCA OLVIDAD QUE
Que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
¿PODEIS DORMIR EN PECADO, VECINOS DE LARIO?