La principal diversión de los mozos era "robar" las ollas de nata que ponía la gente al fresco, antes de mazarla para hacer manteca, que luego vendían. Dice Eduardo Alvarez en su novela Gameu, 1906, que tenía fama la manteca del Rincon.
Este "robo" de ollas de nata se denominaba "Sacar la nata e fulanito o de menganito" y si se podía, se averiguaba quien había amasado ese día y tambien se le hurtaban un par de hogazas. Con el pan y la nata, que comían en comunidad, ya preparaban una fiesta, y lo mas divertido era la chufla que tenía que aguantar al día siguiente la mujer que se había quedado sin nata.
Las anecdotas son interminables, pero, poco a poco os iré contando alguna.
Este "robo" de ollas de nata se denominaba "Sacar la nata e fulanito o de menganito" y si se podía, se averiguaba quien había amasado ese día y tambien se le hurtaban un par de hogazas. Con el pan y la nata, que comían en comunidad, ya preparaban una fiesta, y lo mas divertido era la chufla que tenía que aguantar al día siguiente la mujer que se había quedado sin nata.
Las anecdotas son interminables, pero, poco a poco os iré contando alguna.