Un ejemplo de reciclado era el aprovechamiento que se hacía de los chopos y los fresnos. En septiembre, antes de que se marease la hoja, se podaban y se ponian a secar los palos con la hoja. Luego se hacian feijes y se guardaban cerca de la corte de las cabras. Durante todo el invierno se les ponian feijes en la corte para que comiesen la hoja al volver de la vecera. Una vez pelados los palos de hoja, y a veces hasta de la corteza, dependiendo del hambre que manejasen los bichos, se encargaba a los güajes que partiesen los palos con un hacha y se aprobechaban para dar calor en la cocina.
También algunas veces se aprovechaba la cernada que habían producido esos palos para mezclarla con la tierra de los huertos y así mejorar su produción.
También algunas veces se aprovechaba la cernada que habían producido esos palos para mezclarla con la tierra de los huertos y así mejorar su produción.