LA CUESTA: FLORA: No es lugar para suponer bosques y robledales...

FLORA:

No es lugar para suponer bosques y robledales de fronda, pero habrás de imaginar que en un tiempo el roble melojo vestía estas praderas en urdimbre impenetrable. Fuegos y pastoreos le han reducido al vestigio o esa condición que apenas le consiente asomar por encima de escobonales y brezos. Para un ingeniero forestal esto sería "monte bajo". No seas tan despectivo tú y considera que sigue siendo un monte vivo, con más valor aún, porque guardan estas plantas el saber sobrevivir en las peores condiciones. La ingeniería contempla el monte como campo de cultivos, colocando manchones de pinos, repoblaciones y experimentos por todas estas cuestas.

También el paisanaje ha hecho lo propio. Sobre todo, quemar. El fuego muerde el matorral y aparece después pasto pobre. Pero el fuego, sobre todo, permite quemar urces y escobas, de las que se aprovechará el tocón de dura raíz al año siguiente. Esta recia madera es el combustible ideal para los lugareños. Las cepas de brezo constituyen el mejor carbón de fragua y se apilan junto a casas y leñeras esperando calentar pucheros o poner el horno al rojo.