¡Hola Peña!
Bueno, en rigor creo que no fue despiste, lo que no te permitiría tu memoria fotográfica, ocurre que en aquel tiempo no manejábamos los metros de altura sobre el nivel del mar que nos caía demasiado lejos, simplemente teníamos conciencia de que estábamos altos y podíamos ver el horizonte a muy larga distancia, bien mirando al Sardón o desde Peña Valdevés contemplando las espectaculares puestas de sol por el puerto de la Magdalena. Me siguen gustando las alturas, puede que por acostumbrarme tan pronto a ver las cosas desde arriba.
Isolina agradece tus recuerdos, poco a poco se va acostumbrando a la nueva situación. yo estve con ella hasta mediados del pasado mes de febrero, el tiempo irá haciendo lo demás, está deseando que pase el invierno y volver a Folloso, aunque este año no se sabe cuándo será porque todavía no ha nevado y digo yo que tendrá que nevarar. Por otra parte no te imaginas la burocracia con la que hay que luchar además de dejar este mundo, ahora que parece que ya está todo en su sitio yo también he vuelto a adaptarme a mi rutina anterior después del paréntesis de ocho meses. Un abrazo.
Bueno, en rigor creo que no fue despiste, lo que no te permitiría tu memoria fotográfica, ocurre que en aquel tiempo no manejábamos los metros de altura sobre el nivel del mar que nos caía demasiado lejos, simplemente teníamos conciencia de que estábamos altos y podíamos ver el horizonte a muy larga distancia, bien mirando al Sardón o desde Peña Valdevés contemplando las espectaculares puestas de sol por el puerto de la Magdalena. Me siguen gustando las alturas, puede que por acostumbrarme tan pronto a ver las cosas desde arriba.
Isolina agradece tus recuerdos, poco a poco se va acostumbrando a la nueva situación. yo estve con ella hasta mediados del pasado mes de febrero, el tiempo irá haciendo lo demás, está deseando que pase el invierno y volver a Folloso, aunque este año no se sabe cuándo será porque todavía no ha nevado y digo yo que tendrá que nevarar. Por otra parte no te imaginas la burocracia con la que hay que luchar además de dejar este mundo, ahora que parece que ya está todo en su sitio yo también he vuelto a adaptarme a mi rutina anterior después del paréntesis de ocho meses. Un abrazo.
