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FOLLOSO: Hola A. M. A.,...

Mañana hará ocho días que nos abandonó una paisana, leonesa, nacida en La Robla, en 1926 del siglo pasado. Pasó sus últimos años, retirada, en su casa indiana, Las Magnolias de Mazcuerras (Cantabria). Dónde Concha Espina también tuvo casa y con motivo de un personaje de una obra suya ambientada en Luzmela, Mazcuerras tiene dos nombres: Mazcuerras y Luzmela.

Se fue a Madrid a estudiar Filosofía y Letras y formó trío, nada menos que con Ana María Matute y Carmen Martín Gaite. Les llamaban, por los ambientes literarios del Café Gijón, el Triunvirato. Sus íntimos de vinos, ginebras y tertulias eran Sánchez Ferlosio, Luis Martín Santos (también relacionado con León), Alfonso Sastre, Caballero Bonald, Ignacio Aldecoa... Total, casi nada, la pandilla de genios escritores que los encuadran en la generación del 50.
Josefina casó con Ignacio Aldecoa en el 52 y enviuddó en el 69. A partir de enviudar, Josefina que adoraba a Ignacio, tomó su apellido y después de superar una depresión muy larga, comenzó a publicar y ahí están para muestra, entre otros muchos, "Historias de una maestra" o "Mujeres de negro" y ya siempre firmó como Josefina Aldecoa.
Se doctoró en Pedagogía y empujada por sus amigos y su vocación, (ya le venía de familia, era hija y nieta de maestra) fundó, en el 59, el Colegio Estilo, en El Viso (Madrid). Desarrolló sus creencias pedagógicas fundamentadas en el Krausismo que inspiraba la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos. Hoy su hija regenta el colegio por el que han pasado muchos alumnos reconocidos en el mundillo de las artes y las letras.
Nos ha dejado su obra literaria en dónde se pueden reconocer vivencias, personajes y ambientes de León. Su gran amor por Ignacio Aldecoa y su dedicación a una enseñanza comprometida.

" Sentaíto en la escalera
esperando el porvenir
pero el porvenir no llega". (1)

(1). Coplilla que solía tararear Ignacio Aldecoa y que se convirtió en el himno de aquella cuadrilla de amigos.

Un abrazo.

Peña... a ti que te van las letras:
¿Alguien se ha preguntado porque en León tenemos (aun) tal cantidad de escribidores
y tan buenos a pesar del desconocimiento sobre ellos?......
.... porque cada poco me entero que "este" o "aquella", que tanto me gusta como razona
o como expresa.... o simplemente como escribe.... ¡es de León!
.... que pena que parece que todos son de Madid
UN SALUDOOOOO

Hola A. M. A.,

Bienvenido a estos lares, que aunque seamos acusados de practicar el ocultismo, nos manifestamos tal cual y no nos comenos a nadie.
Las letras sí que me van, sobre todo en la sopa, cuando está hecha con caldo de garbanzos cocidos en compañía de pata, oreja, rabo, costilla adobada, hueso de espinazo y un poco de tocino para darle salida y velocidad a la gelatina de las partes nobles del samartino.
Yo también me he preguntado alguna vez el porqué de los muchos poetas, novelistas y escritores que el Reino produce. Reconozco que era una pregunta de orgullo patrio o provinciano, pensando que algo me tocaba en el reparto alicuoto del don de las musas para poder sacar pecho ante miembros de otras comunidades. Pero no, esto no es como los impuestos que si te tocan, y estoy de acuerdo con ello, cosa distinta es en el cómo se gasten.
Como pasa en muchas facetas de la vida, se aprende por imitación, copia, interacción de los unos con los otros y de ahí surgen las individualidades creativas. León tuvo una pequeña infraestructura de revistas literarias, certámenes, tertulias y eso crea ambiente y campo y cuerpo de aprendizaje, al mismo tiempo que estimula y ayuda a soltar miedos y prejuicios, al ver al de al lado que también se expresa y dice, lo comparas con lo tuyo y ves que no es tan diferente; animas, te animan y así se crean pequeños ambientes de libertad y camaradería fructíferos.
El clima de nuestro Reino es bastante extremo y hacía que el recogimiento fuese grande, condicionado además porque no somos un país rico para dar rienda suelta a gasto superfluo. Frío, recogimiento y pocos medios, abocan a la mesa camilla con su brasero. El brasero con los efluvios de gases, seguro que ayudan a soñar o distorsionar la realidad y a llenar folios.
Por otro lado siempre hubo tradición de lectura. Los quioscos, no eran sólo de venta de tebeos, dentro se podía entrar a leer tebeos usados. El cambio de cómics era muy usual. Yo, quioscos con esas caracteríticas, no los he visto en ninguna otra parte. Las librerías de viejo, para una ciudad tan pequeña, también eran muy usuales. Si se compraban y vendían libros y tebeos de viejo y también existía la cultura del trueque, la consecuencia inmediata es que se leía y ahí está la base de la escritura.
Teoría libre a golpe de tecla, sin ningún rigor, todo un juego. Sea como sea, me gusta que el Reino tenga muchos poetas y escribidores y que tú te hayas asomado por aquí.
Un abrazo.