Acabo de leer un libro muy libiano; con letra grande y alguna página en blanco en su interior, la última marca el número 60. El contenido es otra cosa. Hay profundidad, reflexión, invitación, entusiasmo, optimismo...
Se titula ¡Indignaos! y su autor es un anciano de 93 años. No es un desocupado cualquiera. Tiene historia bastante completa y por el contenido del
libro una lucidez con el reposo de la edad adulta y el entusiasmo de la más enérgica juventud. Se llama Stéphane Hessel y simplemente apuntar de él que fue miembro redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
El prólogo lo firma el también nonagenario José Luis Sampedro. Muy cortito, pero sin desperdicio. José Luis Sampedro es de Ciencias, pero es un literato de primer orden. Yo le he leído El río que nos lleva, La sonrisa etrusca, El amante lesbiano y La vieja Sirena. Este último lo considero como una novela de primer orden. Es toda una recreación de la vida, el amor y el respeto al yo y el no yo en todos sus órdenes. Bajo mi humilde punto de vista una novela de las grandes, aunque no sea muy conocida. Cuando entró en la Real Academia, en su discurso de entrada, recuerdo que fue polémico y vertía contenidos de La vieja Sirena. Ayer le concedieron la Orden de las Artes y las Letras. Más vale tarde que nunca reconocer la valía a alguien que realmente ha valido.
Un abrazo.
Se titula ¡Indignaos! y su autor es un anciano de 93 años. No es un desocupado cualquiera. Tiene historia bastante completa y por el contenido del
libro una lucidez con el reposo de la edad adulta y el entusiasmo de la más enérgica juventud. Se llama Stéphane Hessel y simplemente apuntar de él que fue miembro redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
El prólogo lo firma el también nonagenario José Luis Sampedro. Muy cortito, pero sin desperdicio. José Luis Sampedro es de Ciencias, pero es un literato de primer orden. Yo le he leído El río que nos lleva, La sonrisa etrusca, El amante lesbiano y La vieja Sirena. Este último lo considero como una novela de primer orden. Es toda una recreación de la vida, el amor y el respeto al yo y el no yo en todos sus órdenes. Bajo mi humilde punto de vista una novela de las grandes, aunque no sea muy conocida. Cuando entró en la Real Academia, en su discurso de entrada, recuerdo que fue polémico y vertía contenidos de La vieja Sirena. Ayer le concedieron la Orden de las Artes y las Letras. Más vale tarde que nunca reconocer la valía a alguien que realmente ha valido.
Un abrazo.
