Carballo:
No sé cómo has identificado a Maritere, yo creo que no la conozco, pero, ¿Tántas pistas he dado, sin intención, que me has descubierto?
No dudo de tu perspicacia. Si has dado con mi identidad, me alegro, pero sé discreto, para mantener el “halo de misterio” que dice Peña, y podamos seguir siendo como niños, ¡con lo que sabemos!, y seguir jugando a la gallina ciega.
San Lorenzo. Efectivamente corroboro tu narración. El patrocinador fue Laureano, yo estuve en la fiesta, el año no lo recuerdo, pero si tú lo dices, juraré que es verdad. Lo que me extraña un poco es la fecha ¿mediados de septiembre?, tampoco importa.
Suscribo todo lo que dices de fiesta, invitados, rapaces….
¿Sabes cuál es el recuerdo más vivo que tengo?
A media tarde, tampoco puedo asegurarlo, cerca del potro que había ¿hay? en frente de tu huerta, se explosionó, o un petardo muy gordo, o un barreno de mina, que aunque no lo cubrieron con nada, lo dejaron simplemente apoyado en la tierra, pegó un estampido muy gordo y después de disiparse el humo y el polvo nos acercamos a ver el agujero que había hecho. Nuestros nietos dirían “Jo, que guay”
Un abrazo
No sé cómo has identificado a Maritere, yo creo que no la conozco, pero, ¿Tántas pistas he dado, sin intención, que me has descubierto?
No dudo de tu perspicacia. Si has dado con mi identidad, me alegro, pero sé discreto, para mantener el “halo de misterio” que dice Peña, y podamos seguir siendo como niños, ¡con lo que sabemos!, y seguir jugando a la gallina ciega.
San Lorenzo. Efectivamente corroboro tu narración. El patrocinador fue Laureano, yo estuve en la fiesta, el año no lo recuerdo, pero si tú lo dices, juraré que es verdad. Lo que me extraña un poco es la fecha ¿mediados de septiembre?, tampoco importa.
Suscribo todo lo que dices de fiesta, invitados, rapaces….
¿Sabes cuál es el recuerdo más vivo que tengo?
A media tarde, tampoco puedo asegurarlo, cerca del potro que había ¿hay? en frente de tu huerta, se explosionó, o un petardo muy gordo, o un barreno de mina, que aunque no lo cubrieron con nada, lo dejaron simplemente apoyado en la tierra, pegó un estampido muy gordo y después de disiparse el humo y el polvo nos acercamos a ver el agujero que había hecho. Nuestros nietos dirían “Jo, que guay”
Un abrazo
