FOLLOSO: Mirando mi casa desde el nogal, la vivienda nueva quedaba...

Mirando mi casa desde el nogal, la vivienda nueva quedaba a la izquierda y a la derecha estaban las puertas carretales con su postigo amplio con herrajes y cerradura de tamaño considerable por el que podían entrar y salir las vacas. Atravesado el postigo llegabas al portal. A mano izquierda la puerta del cuartobajo, de frente un rincón formado entre la pared de la casa y un muro amplio de piedra que cerraba un poco el portal, allí con ganchos y estacas clavadas en la pared se guardaban difentes útiles como azadas, "garabatos" (forca gastada que se le doblan los gajos para que queden perpendiculares al mango y se pueda cavar con ella), azadines, escavines, forcas, palas azadones, picos, machaos, fouces y hocines. También se guardaba el madero de picar leña en los días crudos que no se podía picar en el leñero. A la derecha estaba el carro y colgado en la pared el "rastrón" y al lado los arados romanos y el de vertedera. Salías del portal y entrabas directamente en el corral, amplio, grande; en la parte central se situaba la laguna, recogía las lluvias y el estiércol del establo y cortes; para darle salida había un "michinal" que cruzaba por debajo de la cuadra de las vacas y salía al huerto de los frutales, contiguo a la cuadra y pajar. A la izquierda del corral se extendía la cuadra o establo que de las dos maneras le llamábamos. Tenía su puerta que daba acceso a un habitáculo rectangular con pesebres y sus cadenas en tres lados del rectángulo, dejando espacio para la ventana que daba al huerto. Al fondo a la izquierda, en el costado libre de pesebres, sienmpre desde la puerta, estaban las cortes de los gochos, con sus "pilas" (comederos), una de madera y otra enorme de piedra. La corte de la derecha tenía también su ventana hacia el huerto de los frutales al que de vez en cuando se asomaba al mundo algún gocho. El establo estaba armado por vigas y cantiagos y allí se guardaba la paja en feijes atados con civillas que servía de abrigo, cama y alimento para el ganado. La techumbre era de paja de cuelmo, techada con paleta, atada con "bilortos" y coronada con terrones de tapín, colocados con la raíz de la hierba hacia el exterior.
Al frente del portal se situaba el pajar. La puerta abría hacia el corral, por razones obvias, y enfrente de ella y a bastante altura estaba el boquirón, aunque en mi casa decíamos boquerón; a mano derecha estaba la pared que lo separaba del portal de la era, con un morrillo de dimensiones considerables para memoria de la fuerza de mi hermano; a la izquierda la tenada de la paja de encima del establo y la pared sur del huerto. Techo también de paja. En el pajar, a la entrada a la izquieda estaba el "serrón" (media hoja de gadaño viejo empotrada en un poste vertical que servía para cortar la hierba mesada con el "garavito" (palo en forma de gancho que se utilizaba para ir sacando la hierba que estaba muy prensada) y la paja de los fejes. Todo ello, cortado y mezclado en el suelo formaba la "ceba" que se iba repartiendo por los pesebres de las vacas, el toro, magüetas, jatos, terneros y caballo. A alguna vaca, en invierno, recién parida, se le hacía la "empajada" (paja serrada, ablandada con agua caliente en un cajón y mezclada con harina). La ceba se hacía a la mañana y a la noche. Cuando llegaba el primer sol de febrero y tenías un pradín resguardado y con agua, se criaba el primer verde que se acarriaba con los cestos y el caballo y una de las cebas se hacía con aquel verde. Los primeros verdes, provocaban en algunos jatos "fueira" (diarrea). A continuación del pajar estaba el portal de la era con su puerta y su gatera que comunicaba con la era donde se descargaba la hierba, se hacían las fejinas, se majaba, se guardaban los cuelmos para techar y se hacían los colmeros de paja que no cabía en las tenadas y lo mismo con los fullacos (trampas de roble con hoja para el ganado menudo cuando no podía salir al monte). Después del portal de la era venia el portal de arriba, en una parte gallinero con gallinas "pedregosas", en otra corte de gochos de verano a noviembre y corte del ganado menudo. A continuación estaba la cocina vieja, donde se curaba el samartinao, y uncorredor de madera con vistas al corral que servía de distribuidor de las estancias antiguas. Entre la laguna y el portal de arriba había bastante desnivel y la peña estaba al descubierto en casi todo el corral. Ahora veo por qué me atraen tanto las peñas.

En ese corral, un poco antes de la sementera se movía todo el abono de la laguna hacia las peñas para que se mezclara el de vaca con el del ganado menudo y se produjese una especie de fermentación, sálía vapor y se liberaba energía en forma de calor (Ana, los americanos tienen razón). El primer abono de la laguna que en principio era desagradable, una vez extendido, fermentado y seco ya era otra cosa. Antes de sembrar, se colocaban los cañizos al carro y a llenar las tierras de montoncitos como si hubiese habido un plaga de topos.
Aquel año mi padre cavaba el abono (desmenuzar con el "garabato") y mi hermano iba a abonar las tierras llenandolas de montones que despúés, antes de sembrar se "arramaban" con forca y pala.
Para cargar el abono, se colocaban uno a cada lado de la trasera del carro con una forca cada uno y forcadas pal carro hasta que se llenaba. Yo, muy rapacín, aparecí por allí y para que no molestase, me dijeron que le dijera a mamá que me diese el porrón del vino. Siguieron cargando. Una forcada de mi hermano llevaba demasiada carga, aparecí por detrás, "muso", con el porrón y en el fragor de la carga marché en una forcada pal carro, la forcada de abono de mi padre también me cayó encima. Mi hermano subió al carro como una exhalación, vio que tenía los dos ojos sanos y respiró. Nunca me dijeron si había llorado.
Un abrazo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Menos mal que se dieron cuenta... vaya faena.
Eras, tan pequeño y como recuerdas todo. Si unes todos tus relatos, sería estupendo, tienes una sensibilidad especial.... anímate.
Un abrazo.
Buenooo... Ya puedo entrar en una casa omañesa, sé donde están las cosas, para qué sirven, y como se emplean. Un poquito más y saco el máster en Etnografía de la Lomba y alrededores! Mi padre estaría muy orgulloso de mi. Gracias a las clases magistrales de Peña (que encima son gratuitas).
Saludos magister!
Hola Peña, que memoria tan estupenda y que bien expresado, es bueno para quien no tuvo que vivir en esa época sepa cómo nos criamos una generación que nos tocó muchos cambios y que ahora ya esos pueblines no son lo que fueron y que tu recreas todo de una manera deliciosa. Por cierto yo decía boquerón por donde se metía la hierba, la paja. Un abrazo
Muy buena la descripcion creo que no se te olvido nada, nos ayudas a recordar.
un besozo
Pero... ¡cómo se te ocurrió! aparecer "muso" por atrás... Te aseguro que vaya susto que llevaron los dos... Cómo no ibas a llorar, seguro que sí.
El relato precioso y perfectamente contado, con todas y cada una de sus palabras específicas... a mí me tocó muchas veces ayudar en todo el proceso.
Saludinesssssss omañesinesssssssssss, demasiado calurosos para esta época del año.