Hola Margarita, no tengo ningún inconveniente en contestar, lo único que me apena es no satisfacer tus cábalas. No era yo. Lo siento.
De las fiestas del Castillo, yo sólo recuerdo la Pascua de niño, ya os la conté tiempo atrás, y las ferias de los marte de otoño. La última fiesta en que yo aparecí por Omaña, fue en el verano del 64 en la romería de "Pandorao". En esa época ya vivía en Palencia y sólo venía al verano. Ese del 64 fue el último verano en Folloso. Fue el verano de muchas últimas cosas.
Al volver de Pandorado, habíamos ido a pie con El Carballo. A día siguiente, antes de salir el sol, oí, como voz de ultratumba, a mi padre: " va hijo, que después el sol pica mucho, tienes el gadaño bien picado y las diez preparadas". Fue el primer verano que segué la hierba y el último, al siguiente, mi padre vendió el ganado y se vino a vivir a Palencia con los tres hijos.
No tengo especiales recuerdos de fiestas por aquella época. Había pocas. Ese año fui a la fiesta de Murias de Ponjos. Fui a caballo, no había estado allí nunca. Fui empujado por mi padre. El se había quedado sólo en el pueblo y vino una familiar de tercer grado de Murias a ayudarle y mi hermano, tiempos ha había estado haciendo de maestro un invierno y le estaban muy agradecidos, entre las dos cosas mi padre me facturó para Murias a la fiesta: " tú no te preocues, llegas a Andarraso y a la derecha, y deja al caballo que él ya sabe". Esa cantinela me era muy familiar, de cuando, siendo un cuquín, me enviaba al molino a Castro. El caballo ya sabía, pero yo sólo de oídas. De todas formas, llegué al molino, y llegué a Murias.
Y aquí estamos, Margarita, contando batallitas de ayer.
Un abrazo.
De las fiestas del Castillo, yo sólo recuerdo la Pascua de niño, ya os la conté tiempo atrás, y las ferias de los marte de otoño. La última fiesta en que yo aparecí por Omaña, fue en el verano del 64 en la romería de "Pandorao". En esa época ya vivía en Palencia y sólo venía al verano. Ese del 64 fue el último verano en Folloso. Fue el verano de muchas últimas cosas.
Al volver de Pandorado, habíamos ido a pie con El Carballo. A día siguiente, antes de salir el sol, oí, como voz de ultratumba, a mi padre: " va hijo, que después el sol pica mucho, tienes el gadaño bien picado y las diez preparadas". Fue el primer verano que segué la hierba y el último, al siguiente, mi padre vendió el ganado y se vino a vivir a Palencia con los tres hijos.
No tengo especiales recuerdos de fiestas por aquella época. Había pocas. Ese año fui a la fiesta de Murias de Ponjos. Fui a caballo, no había estado allí nunca. Fui empujado por mi padre. El se había quedado sólo en el pueblo y vino una familiar de tercer grado de Murias a ayudarle y mi hermano, tiempos ha había estado haciendo de maestro un invierno y le estaban muy agradecidos, entre las dos cosas mi padre me facturó para Murias a la fiesta: " tú no te preocues, llegas a Andarraso y a la derecha, y deja al caballo que él ya sabe". Esa cantinela me era muy familiar, de cuando, siendo un cuquín, me enviaba al molino a Castro. El caballo ya sabía, pero yo sólo de oídas. De todas formas, llegué al molino, y llegué a Murias.
Y aquí estamos, Margarita, contando batallitas de ayer.
Un abrazo.
EStaba algo despistada contigo como decias de tu hermano que era muy alto pense en unos hermanos con los que baile alguna vez en el Castillo, pero cuando tu dices de tu ultima vez yo solo tenia 3 años.
Lo que pasa es que despues de los años que van se te ha olvidado la mitad de las cosas y con estos recordatorios alos que nos sometemos te vienen las ideas todas de golpe y algunas veces un poco descolocas
Lo que pasa es que despues de los años que van se te ha olvidado la mitad de las cosas y con estos recordatorios alos que nos sometemos te vienen las ideas todas de golpe y algunas veces un poco descolocas
