LOS MEDIOS DE TRNSPORTE
Los medios de transporte eran básicamentte dos: el carro de vacas y el caballo, en algunas casas había caballo y burro y en otras nada más burro.
Elcarro era relativamente pequeño y pesado; por el uso que se le daba tenía que ser fuerte y por tanto pesado. Tenía dos ruedas con aros de hierro bastante gruesos para que durara, hay que tener en cuenta que rodaba entre piedras y sobre las peñas y con bastante carga. Las ruedas estaban unidas por un eje también de hierro; para evitar el rechine en la fricción y que el rodamiento fuese suave, se sacaban un poco las ruedas y se introducía en el eje una solapa de tocino que hacía de lubricante; con el uso, aquel tocino mezclado con el polvo del eje y con el calor de la fricción, formaba un unto negro que manchaba de lo lindo.
El carro era tirado por una pareja de vacas y con él se acarreaba el pan, la hierba, la leña, los fullacos, las patatas, el verde, la paja; se llevaba el abono a tierras y praos, los cerdos y terneros a la feria de Riello o del Castillo. Según se acarreara una cosa u otra se le colocaban los cañizos y cañizas, las pernillas de pan o de hierba o se le dejaba limpio totalmente como en el caso de transportar la desgranadora y el motor para las majas.
Si la carga era muy pesada y el camino con mucha pendiente se utilizaba la ayuda de otra pareja de vacas para "acuartiar" con una cadena gruesa y larga que unía la primera pareja de vacas con la segunada llamada "cuartia".
El caballo era el transporte de las personas para moverse de un sitio a otro con cierta carga o sin ella. Los aperos del caballo eran la silla de montar con sus estribos, la albarda, la cabezada, las bridas y para ir al prao simplemente el cordel. Se utilizaba para ir al molino a moler el grano, a los del río Negro para moler para los animales y al de Castro o al de El Castillo a moler para amasar. Con él también se iba a los centros Comerciales a buscar los encargos que se guardaban en las alforjas. Aquellas alforjas tenían un olor a tienda de ultrmarinos, a conservas, a aceite, a bacalao..... El caballo también se utilizaba para llevar una vaca al toro, para ir a buscar el médico, para cargar los cestos de verde en primavera o llevar los serones llenos de fruta, ir a la feria sin más o a una boda o a hacer una carrera de cintas en tal pueblo, o al baile a tal otro. Era fundamental. La feria de San Andrés en la Capital era la más importante para comprar o vender caballo.
Una noche de agosto saqué el caballo de la cuadra, lo monté a pelo, salí al trote hasta el alto de la fuente, ahí, piqué, se puso al galope, pasé la fuente, ya estaba en la Espina, ya en las Cuartias, en la Marquesa, en las Escuelas, en destino: " Tía, mamá ha muerto". Un galope demasiado largo. La vuelta no la recuerdo.
Una tarde del verano siguiente iba a Riello, entre otras cosas a buscar tabaco y demás encargos. De Folloso a Riello hay más de una legua, subiendo la Labiada, harto ya de ir a "patas cajinas", cambié de postura y me senté sobre la albarda; ensimismado en mis pensamientos, hacia la última curva de izquierda a derecha, con una cuarta de polvo, y los piornos frondosos que tapaban la visión, de repente, ¡Cataplan pin pon! ¡PLAF!, al suelo, sin saber dónde estaba, sin caballo, con las alforjas en el suelo, una polvareda de mil demonios y una voz con deje de Andarraso que me preguntaba ¿" estás bien rapá"? Era Leónidas, del bar Leo que bajaba en punto muerto con la moto y se estampanó contra mi caballo. El caballo pa Foloso y yo pa Riello de paquete con Leónidas. Sólo me tiró esa vez y lo montaba a pelo desde muy pequeñín, palante, patrás, de pie...; otra vez resbaló con el hielo en Santibánez y me hice un esguince y no salí en todas las Navidades de casa, pero no me tiró, nos levantamos los dos al unísono.
Un abrazo.
Los medios de transporte eran básicamentte dos: el carro de vacas y el caballo, en algunas casas había caballo y burro y en otras nada más burro.
Elcarro era relativamente pequeño y pesado; por el uso que se le daba tenía que ser fuerte y por tanto pesado. Tenía dos ruedas con aros de hierro bastante gruesos para que durara, hay que tener en cuenta que rodaba entre piedras y sobre las peñas y con bastante carga. Las ruedas estaban unidas por un eje también de hierro; para evitar el rechine en la fricción y que el rodamiento fuese suave, se sacaban un poco las ruedas y se introducía en el eje una solapa de tocino que hacía de lubricante; con el uso, aquel tocino mezclado con el polvo del eje y con el calor de la fricción, formaba un unto negro que manchaba de lo lindo.
El carro era tirado por una pareja de vacas y con él se acarreaba el pan, la hierba, la leña, los fullacos, las patatas, el verde, la paja; se llevaba el abono a tierras y praos, los cerdos y terneros a la feria de Riello o del Castillo. Según se acarreara una cosa u otra se le colocaban los cañizos y cañizas, las pernillas de pan o de hierba o se le dejaba limpio totalmente como en el caso de transportar la desgranadora y el motor para las majas.
Si la carga era muy pesada y el camino con mucha pendiente se utilizaba la ayuda de otra pareja de vacas para "acuartiar" con una cadena gruesa y larga que unía la primera pareja de vacas con la segunada llamada "cuartia".
El caballo era el transporte de las personas para moverse de un sitio a otro con cierta carga o sin ella. Los aperos del caballo eran la silla de montar con sus estribos, la albarda, la cabezada, las bridas y para ir al prao simplemente el cordel. Se utilizaba para ir al molino a moler el grano, a los del río Negro para moler para los animales y al de Castro o al de El Castillo a moler para amasar. Con él también se iba a los centros Comerciales a buscar los encargos que se guardaban en las alforjas. Aquellas alforjas tenían un olor a tienda de ultrmarinos, a conservas, a aceite, a bacalao..... El caballo también se utilizaba para llevar una vaca al toro, para ir a buscar el médico, para cargar los cestos de verde en primavera o llevar los serones llenos de fruta, ir a la feria sin más o a una boda o a hacer una carrera de cintas en tal pueblo, o al baile a tal otro. Era fundamental. La feria de San Andrés en la Capital era la más importante para comprar o vender caballo.
Una noche de agosto saqué el caballo de la cuadra, lo monté a pelo, salí al trote hasta el alto de la fuente, ahí, piqué, se puso al galope, pasé la fuente, ya estaba en la Espina, ya en las Cuartias, en la Marquesa, en las Escuelas, en destino: " Tía, mamá ha muerto". Un galope demasiado largo. La vuelta no la recuerdo.
Una tarde del verano siguiente iba a Riello, entre otras cosas a buscar tabaco y demás encargos. De Folloso a Riello hay más de una legua, subiendo la Labiada, harto ya de ir a "patas cajinas", cambié de postura y me senté sobre la albarda; ensimismado en mis pensamientos, hacia la última curva de izquierda a derecha, con una cuarta de polvo, y los piornos frondosos que tapaban la visión, de repente, ¡Cataplan pin pon! ¡PLAF!, al suelo, sin saber dónde estaba, sin caballo, con las alforjas en el suelo, una polvareda de mil demonios y una voz con deje de Andarraso que me preguntaba ¿" estás bien rapá"? Era Leónidas, del bar Leo que bajaba en punto muerto con la moto y se estampanó contra mi caballo. El caballo pa Foloso y yo pa Riello de paquete con Leónidas. Sólo me tiró esa vez y lo montaba a pelo desde muy pequeñín, palante, patrás, de pie...; otra vez resbaló con el hielo en Santibánez y me hice un esguince y no salí en todas las Navidades de casa, pero no me tiró, nos levantamos los dos al unísono.
Un abrazo.