Sí, son veraneantes y lugareños en
la era de Sipa, a la
puerta de la
panera, casi la misma gente que aparecía en la puerta de
casa a la salida al
corral. Además de la
escalera de
piedras había un banco de madera bajo la
sombra de un "cirolar" que tenía las mejores ciruelas que jamás se hayan visto, gordas y jugosas. El
juego consistía en burlar la vigilancia aprovechando el momento oportuno, "abullicar" el
árbol con energía y provocar una
lluvia de
frutos encima de las cabezas de los rapaces. ¡Qué
... (ver texto completo)