Domingo de paseo, EL CASTILLO

Enrique con sus "guardaespaldas" José Antonio y Tavines, paseando por la plaza de Botines.
Fue un encuentro muy afortunado el hallarte en León, mostrando lo más bonito y típico de Las Carnestolendas Omañesas.

Toda mi admiración, cariño, ternura y agradecimiento por el gran derroche de arte y simpatía que derramaste por la capital, haciéndo gala del inmenso tesoro de

tu generosidad para que no se pierda lo que nos han legado nuestros entrañables, amados y redordados antepasados.

Un beso muy, muy, muy fuerte, mi querida Adelita.
Que sigas tan Omañesa, tan guapa, tan joven, tan elegante, tan emprendedora y tan simpática cómo siempre.
muchísimas felicidades, adelita.
Nunca es tarde si la dicha es buena. Recibe todo mi afecto por tan bonito y agradable detalle, mi querida Adelita, alegría de la vida.
Eran aquellos tiempos en los que había unos pocos fotógrafos callejeros que te requerían con suma cordialidad para el retrato en el momento. Uno estaba siempre apostado en la plaza de Botines y otro en la aledaña plaza de "Las Palomas".
Mi padre trabajaba en El Casino, a un paso de donde está hecha la foto. Ese día nos compró unas pistolas de juguete con las que estamos apuntando. Al fondo se puede ver la entrada de La Diputación.