Fijate, Antonio, donde está la
cruz, el triángulo tan perfecto de la planta de
El Castillo de Benar. Es único en el mundo por esta característica singular. Me haría mucha ilusión que lo compraras y lo convirtieras en una mansión única donde serías inmensamente
feliz y donde cada tarde, todos nos reuniríamos para
comer fisuelos y beber esas deliciosas infusiones que dá nuestra amada Omaña, que es la tuya. Un abrazo muy fuerte.