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CORRECILLAS: Manando en soledad (poema a la fuente de arriba) ...

Manando en soledad
(poema a la fuente de arriba)


En noches de marzo, azules,
En esas noches que parece
Que el invierno cede,
La vida que llevas dentro
Dejas fluir mansamente;

Mientras dices a mi oído

“Dejad que llegue,
Dejad que venga
La primavera que habita
Un paso allá de la peña”.

Rizos lloras en la piedra
Mientras sueñas en ser río.
A veces suenas violenta
Y me sorprendes.
Otras, cantas bajito
Y me adormeces.

Los pocos que se te acercan,
Ciegos, saciados, se alejan.
Tú anhelas los ojos de aquellos niños
Que jugando chillaban y salpicaban;
Que se cree que crecieron
Y se fueron.

Ya no hay cántaros de barro,
Ya no hay viejas enlutadas,
Ya no hay bueyes sudorosos,
Ya no hay botas de soldados victoriosos
Que, impúdicas, golpean un suelo
De sed eterna.

Tú hace tiempo que prefieres
Esa sombra sigilosa
Que algunas noches sin luna
Del monte baja y cuando bebe
Reconoces esa cara que, a escondidas,
Se dirige a la casa de su amada
Y, cómplice,
Callas.

Ya no hay hombres encorvados
Que regresan al final de la jornada
Y una mano en tu hombro apoyan,
Mientras intentan saciar una sed
Que está en el alma.

A unos pasos, el silencio
Se apodera del pueblo huido;
Una sola chimenea
Teje su aliento con niebla
Y hay goteras que destilan
Las nieves que siguen vivas.

Sobre un lienzo de nostalgia
El pincel audaz, carámbano metálico,
Traza un perfil en cobalto
Que más tarde,
Si se separan las nubes,
Y alguien mira
Será luna.

Tú, incansable, me repites
“Dejad que llegue,
Dejad que venga
La primavera que habita
Un paso allá de la peña”.

Correcillas, marzo de 2002.