Estando en la era de Eliseo todos atareados y como quiera que mi marido no estaba acostumbrado a las labores del campo (ya os dije que era de la capital), pero si se apuntaba el primero a cualquier trabajo que se terciara, lo mandó mi padre a que sacara los manojos de la figina. En esas estaba cuando se le cayó toda la figina encima. Menudo revuelo, pararon la máquina y acudieron todos rápido a socorrerle (a sacarlo), pues se hubiera asfixiado. Y es que como no sabia, en vez de coger los manojos por arriba, los sacó de abajo!
AUDELINA, pero la culpa no fue de tu marido, es que no le supisteis explicar como se hacia.
Un saludo
Un saludo