ARDON: ¡Hola, "A orilla del Esla"! ¡Hola, a todos!...

¡Hola, "A orilla del Esla"! ¡Hola, a todos!
Con tu permiso "A orilla del Esla" hago uso de tu foto para ilustrar el comentario que inserto a continuación.
Alertado de la emisión de un programa de TVCL "Me vuelvo al pueblo", en el cual se habló de Ardón el pasado 22 del actual, lo busqué en internet y lo he visto con mucho agrado. Creo que, por sí sólo, refleja con sus imágenes la realidad del pueblín, corroborada ésta por los comentarios que sobre el mismo hacen las personas que intervienen dando información y opinión. Mi aplauso para todos.
Con ánimo de ampliar, que no de corregir, creo que el video emitido deja suficientemente claro que para "huevos" Ardón, muchos y los mejores; no se habla de los quesos de adobe, también de Ardón y excelentes por cierto. La contemplación que permite hacer el muestrario de las calles nos permite concluir sobre la cantidad de casas que hay en el pueblo, en buen estado y disponibles, como dice uno de los interlocutores, debido a la poca cantidad de gente que queda o ha vuelto al mismo; echo en falta una mínima alusión a los edificios del común, cerrados y en semiabandono.
En otro orden de cosas, me sorprende que la periodista que realizó el reportaje no tuviera información suficiente para saber que la iglesia parroquial de Santa María de Ardón, al igual que ocurre con la catedral de Pisa con su campanil separado del templo propiamente dicho, tiene su torre-campanario en el sitio más visible del pueblo y a cien metros de distancia de la iglesia: vamos, que sí tiene torre la citada iglesia y muy bien dotada de campanas, ya que además de las propias da cobijo a las que pertenecieron a la otra torre, la de la parroquial de San Miguel, cuya iglesia va para un siglo de su supresión al culto y poco menos del derrumbe de su fábrica. Es de destacar que originalmente esta última torre tenía chapitel formando una pirámide cuadrangular bastante puntiaguda con tejado de pizarras; nadie se acordó tampoco de los relojes de sol que hay en el pueblo, uno de ellos deteriorado, debido al olvido o la desidia, y en ella situado.
Deja muy patente la emisión que en las calles del pueblo reina la soledad, el silencio, una tranquilidad absoluta; tanta que, ante la poca animación a frecuentarlas, como mucho localizaron a ocho o diez personas fuera de sus casas, ninguna de ellas autoridad local, aunque sí coincidieron con personal de servios, la cartera que lleva el correo con puntualidad, algo excepcional ante el cúmulo de actuaciones que un día sí y otro también se posponen, cuando dadas las circunstancias de convivencia de los residentes en el pueblo deberían tener prioridad absoluta.
En comunicado que colgué el pasado 28-II-2017 hablando sobre el devenir de Ardón destaqué como atractivo más envidiable la tranquilidad que rebosa la localidad y sus aledaños, algo que algunos foráneos ya descubrieron hace tiempo y hoy disfrutan apaciblemente, apreciación que coincide con lo expuesto en el punto anterior. Dada esta coincidencia, permitidme que termine este comunicado con la misma frase que concluí aquél: " ¡Que hermoso podría ser este lugar con que la mano del hombre le diese sólo una caricia!" (1)
(1) "Las cenizas del fénix", pág. 65 Ed. de Juan Pablo Aparicio y otros.
Un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás.