El peral del tío Juan florido, ARDON

Con retraso y quizás sin ningún motivo especial para hacerlo, pues la helada ya se encargó en esta primavera de hacer de las suyas, aunque las pérdidas de los agricultores del pueblo no creo que sean muchas por razones obvias, quiero dedicarle a San Isidro esta nívea estampa del peral del tío Juan y el trabajillo que inserto a continuación.

Día de San Isidro

De dulzaina se oyen sones
y redobles de tambor;
del pueblo los labradores
están de celebración.
Con el orto coincidiendo
todas las calles recorren;
han comenzado el festejo
en honor de su patrón.
La misa a media mañana
y después la procesión,
portando en andas la imagen
del virtuoso labrador
por un recorrido largo
con peculiar devoción.
En el alto las Carbillas,
a la linde el Polear,
con visión plena del agro
anejo a este lugar,
el oficiante de turno
imparte la bendición,
¡Objetivo principal!,
confiándole al santo
el resultado final.
Sigue el camino la Sierna
y, restituído a su altar,
cual paciente labrador,
sólo le queda esperar.
En el ocaso del día
a los sones de dulzaina,
degustando pan y vino
con escaveche de tino,
el gran festejo culmina.

Un cordial saludo.
Un paisano de Sabino Ordás.
(10 de Abril de 2017)