Simbología de un cambio, ARDON

Miro y remiro esta fotografía y, cuanto más la miro, más me admiro: se anuncia con una señal, maltrecha por el desaprensivo de turno (no sabemos con qué fin), una zona de playa que no se ve; la cubren las malas hierbas, bien porque la naturaleza, que no entiende de señales, lo invade todo con su fuerza, bien porque el jardinero itinerante se olvidó de esta parcela.
Hecha la oportuna reflexión sobre estas realidades, no se me ocurre mas que una disyuntiva, como respuesta: o se quita la señal indicativa, o se limpia la zona, tanto para que haya concordancia entre ambas, como para que los visitantes de la zona no se sientan decepcionados al verla.
Mi opinión, que no se si servirá para algo y que puede deducirse fácilmente desde el momento que exhibo la estampa, se inclina más por arreglar la señal y actuar en consecuencia en todo ese espacio, que por suprimirla.
Ruego disculpéis mi discurso, que puede resultar imprudente, pero que -en modo alguno- pretende trasladar responsabilidades a nadie, ya que, si así fuera, a nivel personal también tendría que asumir algunas: he callado hasta hoy y ya conocéis el refrán (el que calla...). No, no va por ahí mi comunicado, sino que pretende ser una sugerencia sobre algo que se puede hacer, creo que con muy poco coste, en beneficio de la imagen acogedora que se pretende que dé el pueblo.
Un cordial saludo paras todos.
Un paisano de Sabino Ordás.
(23 de Agosto de 2015)
El 23 de diciembre del año pasado, en el comentario que hice sobre la foto que colgué hice alusión a la señal que contiene y a su entorno. Hoy quiero insistir sobre el tema, simplemente recordando que para que la gente vaya a los sitios, y es necesario atraerla para evitar el deterioro total y súbito del lugar, hay que ofrecerle algo que le atraiga. Un cordial saludo para todos.