Recuerdo con mucho cariño mis veranos en Albires cuando era niño. Ahora cuando voy por León (vivo en Cáceres) paso a ver la casa de mis abuelos, la pobre cada vez está peor. Me gustaría encontrarme con la gente con la que pasaba los veranos. La gente de la quinta del 72 al 75. Echo de menos la chopera frente la Iglesia, el etanque de Avelino, Juan el Pastor, las tardes en el bar de Epimenio... Y el banco de madera de la cocina de mi abuela. Albires es el mejor pueblo del mundo.