Madera para el invierno, SANTO DOMINGO DE SILOS

La madera y el fuego han estado siempre enlazados por ser dos elementos que ofrece la naturaleza desde el origen de los tiempos. Ello ha causado la creencia de que la madera en la construcción es el peor material en su reacción al fuego, sin embargo esta creencia es equivocada.

La madera es un combustible que tiene un buen comportamiento frente al fuego gracias a su forma de arder. La carbonización de la madera es la principal estrategia, dificulta la transmisión de la temperatura hacia el interior de la pieza sirviendo como retardante. La madera principalmente está compuesta por celulosa y lignina, estos compuestos están formados por carbono, hidrogeno y oxígeno que hacen de ella un material combustible. A pesar de su combustibilidad, la madera en comparación con otros materiales como el PVC tarda en empezar a arder, la madera necesita alcanzar 400 ºC para comenzar a arder.

La madera además es un material con contenido en agua; al aplicar un foco de calor sobre la madera, ese contenido de humedad va disminuyendo y cuando el agua alcanza la temperatura de ebullición se observa la sudoración en la superficie de la madera, si se continua aportando calor hasta una temperatura aproximada de 270ºC empieza el proceso de pirólisis que es cuando se produce la descomposición de la madera en gases.

Gracias a la baja conductividad térmica de la madera, la pirólisis se produce únicamente en la superficie y sólo se aprecia llama una vez alcanzados aproximadamente 400ºC. Tras la combustión, la madera genera una capa carbonizada en el exterior que protege el interior de la madera dejándola intacta y dependiendo del grosor, es necesario bastante tiempo para que la pieza de madera arda en todo su conjunto y pierda su capacidad portante y de carga.

Esta capa carbonizada tiene una capacidad aislante seis veces mayor a la de la madera a temperatura ambiente permitiendo que el interior de la pieza mantenga sus capacidades mecánicas. Todo esto se traduce en una pérdida de sección paulatinamente reduciendo su capacidad portante con el tiempo mientras se mantenga la combustión. La velocidad de carbonización es aproximadamente 0,65 mm / min, por ejemplo en situación de incendio en una estructura de madera en un tiempo de 30min la madera habría perdido 19,5mm de espesor en cada superficie expuesta al fuego.

Es por ello que la madera es uno de los mejores materiales en su comportamiento frente al fuego, la capacidad de soportar cargas, por ejemplo en el caso de las estructuras, es muy superior a otros materiales que se derriten mucho más rápido. En el caso de una vivienda de madera y una con estructura de otro material, en la misma situación de fuego, la de madera aguantará mucho más tiempo en pie, dando ello seguridad a las personas con mayor tiempo antes de derrumbe.

Otro aspecto a tener en cuenta es la emisión de gases dañinos para la salud. La madera cuando arde emite gases propios de la combustión pero no gases tóxicos como ocurre con otros materiales como el PVC.

Los factores que influyen en el comportamiento de la madera en caso de incendio son:

– La superficie específica expuesta. Una relación alta entre superficie y volumen aumenta las perdida de sección al exponer mayor superficie al fuego.

– Las fendas y cualquier singularidad de la madera en especial en sentido longitudinal de la fibra. Estas singularidades suponen un aumento de la superficie expuesta al fuego aumentando la perdida de sección de la pieza.

– Las características de cada especie. Las especies de maderas más densas arden con más dificultad y su combustión es más lenta.

– El contenido de humedad en la madera. A mayor humedad más energía hay que usar para evaporar el agua, en ambientes de interior el contenido de humedad varía entre el 8 y el 16% del peso total de la pieza de madera.